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Un brote de hepatitis A en una guardería de Las Rozas afecta a 18 niños y 14 adultos

Sanidad recomienda la vacunación a los padres y familiares de los alumnos

Oriol Güell

Un brote de hepatitis A, con el foco en la guardería Colores de Las Matas, en Las Rozas, ha afectado hasta el momento a 32 personas, según ha confirmado la Consejería de Sanidad. Entre los enfermos hay 16 de los 50 niños que acuden a la escuela infantil, 2 de sus hermanos y 14 adultos (trabajadores o familiares de los bebés). Tres de los enfermos han requerido ingreso hospitalario, aunque ya han sido dados de alta y se recuperan satisfactoriamente. Todas las familias con niños en la citada guardería ya han sido avisadas de la situación.

Sanidad ha activado el protocolo de actuación urgente ante brotes epidémicos por hepatitis A, entre cuyas medidas se incluye la vacunación de todos los alumnos y trabajadores de la escuela, y la recomendación a los padres y familiares más cercanos (más de un centenar de personas) para que acudan a su centro de salud y sean inmunizados.

"En los próximos días es posible que aparezca algún otro caso, porque el periodo de incubación de la hepatitis A es largo, de 15 a 50 días. Pero la situación ya ha sido controlada y el brote no se extenderá más", afirmó un portavoz de la Dirección General de Salud Pública de Sanidad, que insistió en lanzar un mensaje de "tranquilidad" a la población porque el "foco del brote ha sido localizado y se han adoptado las medidas adecuadas".

La hepatitis A es la más leve pero la más contagiosa de las enfermedades víricas que afectan al hígado. Su principal vía de transmisión son las heces de la persona enferma, por lo que se contagia al entrar en contacto con un objeto que las haya tocado. Por este motivo, la hepatitis A es susceptible de causar brotes en centros educativos o domicilios en los que se cambien pañales de bebés.

Este hecho se ve además favorecido porque los niños más pequeños son los que manifiestan los síntomas de forma más leve o casi asintomática, por lo que pueden contagiar a padres y educadores sin que éstos se hayan dado cuenta de que el bebé está contagiado de hepatitis A.

Los síntomas más frecuentes son, según Salud Pública, la coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de los ojos, cansancio intenso, dolor en el abdomen, pérdida de apetito y peso, fiebre, náuseas y vómitos.

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A diferencia de los tipos B y C de la hepatitis, que tienden a convertirse en crónicas y causar daños irreversibles en el hígado, el tipo A se cura casi siempre con unos días o semanas de reposo y una dieta suave. Sólo en un porcentaje muy reducido de casos, entre uno de cada mil, el virus causa una insuficiencia hepática que puede provocar consecuencias más graves. No existe tratamiento específico contra el virus y los enfermos deben evitar tomar alcohol.

Finales de mayo

Una responsable de la guardería explicó que "el primer caso conocido de hepatitis fue el del padre de un niño que enfermó a finales de mayo". "Nos dijo que estaba todo bien y controlado, porque había vacunado a sus hijos y que no había ningún riesgo", añadió esta responsable.

La guardería cerró en agosto por vacaciones y ha sido al inicio del curso cuando se ha disparado el número de casos. "Al llegar de vacaciones, supimos que dos madres habían enfermado en agosto. También una niña de dos años. La semana pasada, al saber de más casos, fue cuando avisamos al Ayuntamiento", explican desde el centro.

Los responsables de la guardería se reunieron con técnicos municipales y epidemiólogos de Salud Pública el viernes, día 15, fecha en la que se puso en marcha el protocolo de Sanidad. El lunes 18, Salud Pública remitió una nota informativa a la guardería comunicando cuáles iban a ser los siguientes pasos: una reunión informativa con los padres el día 20 y la vacunación de todos los alumnos de la escuela infantil. La inmunización de la hepatitis A no está incluida en el calendario de vacunas infantiles, en parte debido a su escasa eficacia a largo plazo. Además, la población presenta mayores tasas de inmunidad a medida que avanza en edad.

Así, un 19,6% de los madrileños de entre 21 a 30 años y un 56,3% de los de 31 a 40 no pueden sufrir la enfermedad porque han estado en contacto con el virus de forma natural.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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