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El concurso para convertir Tirso de Molina en un mercado de flores queda desierto

El Ayuntamiento estudia ahora ceder de forma gratuita los locales a Mercamadrid

Jesús Sérvulo González

El mercado de las flores que el Ayuntamiento de Madrid quiere instalar en la plaza de Tirso de Molina ha nacido con dificultades. El concurso para adjudicar los 14 puestos de flores ha quedado desierto. Nadie se ha presentado. O nadie ha podido presentar su oferta debido a la escasa información ofrecida desde el propio Ayuntamiento, según denuncian IU y una aspirante. Para aprovechar el uso de este espacio, el Consistorio madrileño estudia ceder de forma gratuita las casetas de diseño a la empresa mixta Mercamadrid. IU critica la viabilidad del proyecto.

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Las obras en la plaza de Tirso de Molina que se han prolongado casi un año concluyeron en julio. Ahora es el turno de las casetas de flores, con las que el Ayuntamiento quería culminar el proyecto de esta céntrica plaza madrileña. El Consistorio pretendía abrir un mercado permanente de plantas.

El proyecto fue presentado por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, hace más de un año. Pero los madrileños no han querido o no han podido presentarse al concurso para la adjudicación de las 14 casetas diseñadas por Galán Lubsacher Arquitectos. El plazo para presentarse al concurso venció el pasado 1 de septiembre. Nadie ha pujado por estos pequeños comercios de flores, por lo que el concurso quedó desierto.

Para evitar que Tirso de Molina se quede sin este atractivo proyecto, el Ayuntamiento ha alcanzado un acuerdo con Mercamadrid, la mayorista de la distribución de alimentos de la ciudad. "La empresa mixta quiere crear mercados mayoristas de aquellos productos que no están presentes en la ciudad, como lácteos, vinos o flores....", explica una fuente de Mercamadrid.

"Los puestos de la plaza de Tirso de Molina servirán de punta de lanza para este mercado". La idea es hacer un mercado variado, donde existan tres áreas. Una para flores ornamentales y otra para flores cortadas. Además, se reservarán algunos puestos para los servicios relacionados con la floristería, como libros, herramientas, o semillas. Los comercios de diseño tienen forma de pequeños cubos de colores preparados para albergar las plantas. Tienen dos capas, una interior metálica y la exterior de madera. A través de ambas pasa la luz que ilumina las platas y flores.

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Durante las primeras semanas de octubre, las asociaciones de floristas y empresarios de la flor firmarán un convenio para desarrollar este mercado. Mercamadrid asegura que no quiere interferir en la actividad de los floristas tradicionales de la ciudad. "Esta decisión tiene un componente turístico, no sólo es la venta de flores. Apostamos por dar brillo y color a una zona importante de la ciudad", afirma una fuente de la empresa mixta.

"No hay demanda"

Los vecinos de la plaza del poeta Tirso de Molina aprueban la idea municipal de instalar en la plaza un mercado de flores. Pero temen que el negocio se marchite pronto. El representante de la asociación de vecinos La Corrala, Manuel Osuna, observa con escepticismo el futuro de estos negocios. "No sé si los vecinos del barrio de Salamanca vendrán aquí a comprar flores", argumenta.

La concejal de IU Concha Denche explica que "en la zona no hay demanda para 14 puestos de flores. Se ha hecho sin criterios de viabilidad". La edil de la coalición opina que otorgar las casetas a personas independientes, no garantizaba la rentabilidad del negocio. "La idea era concedérselo a una empresa, una asociación o una ONG que aseguren que los 14 puestos se abren diariamente con garantías".

Los indigentes y drogadictos que se habían convertido en habituales de la plaza se han visto obligados a alejarse por las obras y la presión policial. Pero no han ido muy lejos. Se han desplazado unas calles más abajo y ahora están en Lavapiés. Por eso, Denche califica la reforma de la plaza de Tirso "como una limpieza. Han barrido a los indigentes de la zona". Y critica la concepción de la remodelación: "No hay elementos que favorezcan la permanencia de los vecinos". Sin embargo, éstos aprueban la gestión municipal. "Al principio creíamos que el área infantil era muy pequeña", cuenta Osuna.

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"Ha sido imposible presentar las ofertas", denuncia una aspirante

"Ya tenía pensado cómo iba a poner el puesto. Con flores olorosas, tomillo...", cuenta Carmela Casado, una de las madrileñas que intentaron conseguir la adjudicación de uno de los 14 puestos de flores de la plaza de Tirso de Molina, en Centro.

Ella quería disfrutar con el pequeño negocio. "Vendía flores de pequeña en la calle junto a mi madre. Recuerdo cómo las gitanas nos denunciaban y nos teníamos que ir a otra zona", recuerda con cierto aire de nostalgia. Casado se queja del procedimiento del concurso. "Está claro que desde el primer momento se lo querían dar a una empresa".

A principios de julio, Casado se acercó a las oficinas de la Junta Municipal de Distrito de Centro, situada en la plaza Mayor. Allí le dijeron que todavía no sabían nada del concurso del mercado de las flores de la plaza de Tirso de Molina.

"Me aconsejaron que presentara una instancia para solicitar un puesto ambulante", sostiene. Para presentar este documento se exige justificar experiencia en la actividad, así como otros documentos. "Pero me dijeron que todavía no hacía falta presentar todos los impresos".

La mujer asegura que ha intentando por todos los medios conseguir una de las casetas de Tirso de Molina. "Desde el 27 de julio he estado llamando cada semana para enterarme del procedimiento. Quizá cada 15 días, y siempre me contestaban que no sabían nada", protesta Casado, que cuenta cómo el pasado 31 de agosto habló con "alguien de la junta de distrito" y me volvieron a asegurar que no había noticias.

Según Casado, otros madrileños también habían presentado la instancia para conseguir una de las 14 casetas de flores. Cuando se ha querido dar cuenta, el concurso ha quedado desierto, y ella, sin puesto.

El pasado 1 de septiembre se cerró el plazo para presentar las ofertas. Se había abierto el pasado 20 de julio. "Se ha hecho el concurso de forma muy rápida y, además, ha sido en verano", critica la concejal de IU, Concha Denche. "Apenas se ha publicitado", insiste la edil de la coalición de izquierdas, que denuncia: "El Ayuntamiento ha conseguido que quede desierto para hacer con los pequeños comercios lo que les dé la gana".

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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