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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una masacre redentora

En El misterio de San Andrés, novela que Roca recupera una década después de que fuera publicada por vez primera, el guatemalteco Dante Liano relata la historia de un episodio nacido del secular sometimiento al indígena en Latinoamérica, y de sus justas si bien tergiversadas venganzas, cuando la injusticia de la que son víctimas deviene una suerte de repugnancia física. Liano, escritor trasterrado, emigrado a Italia desde los ochenta, puesta la mirada en sus raíces, hurga en la herida más dolorosa de su país, la que encarna la discriminación del indio y su exterminación social y económica, y regresa nuevamente al tema de la violencia de Guatemala, urdida por el Estado e infiltrada en la vida cotidiana de las gentes -que trató ya en su novela El hombre de Montserrat (2005)- inventándose el recuerdo pormenorizado de los hechos de la matanza de Patzicía, acaecida en 1944, tras la muerte del tirano general Federico Ponce, cuando la Junta Revolucionaria que alcanzó el poder represalió a casi un millar de indígenas como respuesta al asesinato de una veintena de ladinos a manos de unos indios desesperados que veían venir, una vez más, que sus tierras serían requisadas. El bisabuelo del autor murió en la matanza, y Liano escribe esta novela desde la perspectiva del indio y trata de lograr que la ficción de su relato alcance a formar en el espejo de la historia una imagen fiel de lo que en realidad fue la masacre del pueblo de San Andrés Itzapa, de ahí que, en los agradecimientos de las páginas finales, afirme que "sólo la ficción sabe, sólo la imaginación puede tocar, con la punta de los dedos, un retazo de verdad".

EL MISTERIO DE SAN ANDRÉS

Dante Liano

Roca. Barcelona, 2006

318 páginas. 17 euros

De la mano del joven indio Benito Xocop y del ladino Roberto Cosenza establece Liano la dualidad cultural en la que basa su novela. Benito encarna las virtudes del buen indio de Bartolomé de las Casas, y Roberto, periodista comprometido, las del ladino de nueva generación que advierte de qué modo abyecto la prensa tergiversa la historia o, dicho de otra manera, de qué modo la invención crea la realidad. La impronta aquí del estilo poético del Miguel Ángel Asturias de las Leyendas de Guatemala se hace notar desde los primeros capítulos, haciendo que esta historia sórdida avance entre imágenes paradójicamente algodonosas, a la vez que el complejo tratamiento de los personajes y el aderezo del texto con indigenismos convierte El misterio de San Andrés en un prodigio de sensibilidad, que consigue que, al final de la tragedia, también sobre el lector "desciende la paz, la tranquilidad; quizá también el sueño".

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