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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sáhara

En la crónica de EL PAÍS del 31 de julio con relación al plan para el Sáhara, cuya presentación viene anunciando Marruecos hace meses, se me atribuye haberlo "alabado sin siquiera conocer su contenido". La realidad es que nunca he alabado ni denostado un plan que aún no ha visto la luz.

En mi único pronunciamiento al respecto (15 de marzo de 2006) consideraba positivo que Marruecos "empiece a moverse", y señalaba: "Es posible que [la propuesta marroquí] quede muy corta para las aspiraciones de los saharauis, pero puede abrir un nuevo escenario que la comunidad internacional deberá analizar". Me limitaba así a constatar una obviedad: si la cuestión del Sáhara se halla hoy estancada -en gran medida por el inmovilismo de Marruecos-, una propuesta marroquí de arreglo -aunque alejada de lo aceptable- abriría posibles nuevos escenarios que deberán analizarse.

La crónica sitúa como opuesta la posición de François Hollande, del que dice: "Se pronunció, en cambio... a favor de la autodeterminación de la población del Sáhara". No hay tal diferencia. El ejercicio de la autodeterminación por parte del pueblo saharaui es, para mí, para el PSOE, un requisito indispensable. Como he dicho y escrito reiteradamente, los intentos de mediación o las iniciativas que puedan plantearse han de estar dirigidos precisamente a hacer posible un acuerdo entre las partes que haga posible ese ejercicio de autodeterminación, tal y como han establecido las Naciones Unidas.

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