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SOCIEDAD

Empresario de la domótica para discapacitados

La empresa, creada por un arquitecto técnico con esclerosis múltiple, reduce la necesidad de ayuda asistencial

Joaquín Romero tiene una enfermedad incurable, degenerativa y progresiva, pero eso no le impide llevar una vida normal. Desde hace siete años vive solo en una casa de 35 metros cuadrados, y dirige su propia empresa, especializada en soluciones domóticas para discapacitados, a precios asequibles. La suya es una historia de superación desde que, en su último año de carrera, el médico le diagnosticó esclerosis múltiple. "Siempre quise conocer la gravedad de mi situación. Estaba enfermo, pero no era tonto", asegura este arquitecto técnico barcelonés. Cuando hace cuatro años, ya independizado, se agravó su enfermedad, Joaquín comprendió que si no hacía algo necesitaría ayuda.Ese hacer algo significaba adaptar su vivienda para seguir viviendo solo. Con la ayuda de su hermano Borja, ingeniero técnico de telecomunicaciones, Joaquín Romero decidió buscar soluciones tecnológicas que le permitieran desenvolverse sin depender de nadie en su casa. "No se trata de un lujo, sino de una necesidad básica", asegura.

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Antes, pidieron al neurólogo que les contara cuál era el caso más agudo de la enfermedad. "Me dijo que podía quedarme tetrapléjico, ciego, mudo y en cama". Además, les contó que la esclerosis múltiple es psicosomática, que "si pillaba una depresión podía empeorar"; es decir, que lo psíquico afecta a lo funcional.

Decidieron prepararse para el peor escenario. El primer paso era definir las funciones básicas "imprescindibles para ser independiente", como entrar y salir de casa, levantarse de la cama, abrir la puerta, ir al baño o a la ducha. Después las de entretenimiento: responder al teléfono, encender o apagar las luces y la televisión, escuchar música o navegar por Internet. Finalmente, buscaron qué soluciones comerciales ofrecía el mercado. Fue un fracaso. "Todos eran sistemas inútiles para personas con funcionalidad reducida", asegura el aparejador de 38 años.

Control de entorno

Lejos de deprimirse, deciden crearlo porque "en una enfermedad así, no avanzar es retroceder y los obstáculos están para saltárselos", asegura Joaquín.

Además, para algo los hermanos Romero son uno aparejador y el otro, especialista en telecomunicaciones. "Tardamos cinco meses en diseñar la solución de control de entorno y otros tres más para implantarla en casa", un piso de 35 metros cuadrados en cuyas tripas hay dos millones de metros de cables que permiten a Joaquín moverse por su casa, cómodamente instalado en su silla de ruedas, sin depender de nadie.

En la finca totalmente adaptada cada vecino vive en su apartamento y comparten servicios de comida, limpieza y lavandería. Sin embargo, a pesar de que funciona "de maravilla" es "un sistema caro e inviable constructivamente", reconoce.

Por entonces, su espíritu empresarial se ha puesto en marcha. Ahora toca seguir investigando para ofrecer soluciones y servicios que "mejoren la calidad de vida de otros enfermos".

En su camino se cruza Toshiba. La empresa japonesa les reta a adaptar con su tecnología inalámbrica la caseta que tienen en la feria tecnológica madrileña SIMO.

"Yo controlaba las luces y las puertas de la caseta con un Pocket PC. Todo era inalámbrico y vimos claramente que la mejor solución para discapacitados era un sistema de control de entorno que funcionara sin cables".

Dos años después veía la luz B&J Adaptaciones, empresa en la que la arquitectura y las telecomunicaciones están al servicio de la domótica para discapacitados. Su solución estrella es el sistema de control del entorno basado en tecnología inalámbrica, premiado "por su sencillez de instalación" como mejor proyecto de I+D por la fundación Salas. El sistema está basado en un conjunto de mandos y receptores que combina la tecnología de radiofrecuencia (ondas) y los infrarrojos; es adaptable a cada limitación -"la discapacidad puede ser física o cognitiva"-; es personalizable y evolutivo -"las enfermedades se van agravando"-; es económico y tiene el sello de calidad europeo del laboratorio AP Plus desde septiembre de 2005.

B&J comercializa modelos de mandos diferentes, por pulsación directa, secuencial, para ordenador o por voz a unos 450 euros cada uno. Los receptores -"se necesita uno para cada aparato que se quiera controlar en la vivienda, sea puerta, cama o grúa para entrar en la cama"- cuestan 180 euros.

B&J ADAPTACIONES: www.bj-adaptaciones.com

Joaquín Romero, en la habitación de su piso.
Joaquín Romero, en la habitación de su piso.SUSANNA SÁEZ

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