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Entrevista:UN, DOS, TRES TESOROS DE... | ANDRÉS MONTES

"Ser calvo, negro y con estilo propio te hace identificable"

El locutor deportivo considera 'El Padrino' la mejor película de la historia

"Yo no pienso nada antes, vivo de la morcilla, de la improvisación", confiesa Andrés Montes (Madrid, 1955), el locutor más inusual del pasado Mundial de fútbol de Alemania y del presente de baloncesto de Japón. Resulta que la clave de su verborrea cazallera no existe. Él se arranca y ya está. Montes es autor del latiguillo del tiqui taca, referido a la cadencia de pases entre los jugadores, y ha hecho popular la admonición "¡Salinas, dime algo!", espetada a su atónito compañero ante el micrófono, el ex delantero del Barcelona reconvertido en locutor.

Montes descoloca. En plena jugada de ataque, puede descolgarse con una digresión sobre la jeta de un portero, bautizar a un defensa italiano como Pegamento o proferir un "¡ratatatatataá!" tribal como un poseso. "Yo no engaño a nadie. Ya saben cómo funciono. Trato de que los partidos sean lúdicos, festivos. Intento que la gente se divierta, y no sólo con el espectáculo del deporte. Intento meter cuñas de la vida, de lo que le sucede a la gente". Sus salidas les encantan a unos y a otros les resultan estomagantes. Notoriedad asegurada.

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Consiguió cierta reputación retransmitiendo partidos de baloncesto, pero el trampolín al gran público ha sido el Mundial de fútbol de La Sexta. "Yo ya era conocido. Ser negro, calvo, con pajarita y tener un estilo profesional propio te hace identificable. Pero el fútbol mueve mucho, lo que antes llamaban el opio del pueblo, y me ha dado un espaldarazo de popularidad importante. Aunque profesionalmente hoy puedes estar en esto y mañana no sabes".

Desmitificación de Mao

Comenta de pasada que se ha llevado a Japón un montón de libros, "de ensayo sociopolítico, sobre todo", aunque no acierta a citar uno: "Me pillas con el paso cambiado", se excusa por teléfono, desde Hiroshima. "Recomiendo un libro que estoy leyendo, una biografía crítica de Mao [de Jung Chang y Jon Halliday], donde le pegan un repaso de cojones. Hay una desmitificación total, desde la infancia al matrimonio, que es hasta donde he leído. Porque es un tocho con un montón de páginas".

Explica que el Gran Timonel marcó a su generación. "Yo tengo 50 años y soy hijo de la cultura americana, y hay una serie de temas que son fetiche para la gente de mi edad: Martin Luther King, la guerra de Vietnam, etcétera. Mao es un figura señera del siglo XX. ¿Quién no ha tenido un amigo maoísta?".

La cinta que recomienda es una de las obras maestras de Francis Ford Coppola. "El Padrino es espectacular, sobre todo la primera y la segunda, ex aequo. Es magistral, una lección de cine que te mantiene atento. Es un retrato del mundo de la Mafia espectacular. Creo sinceramente que es la mejor película de la historia del cine, por encima de Ciudadano Kane". Sin embargo, su actor favorito es Clint Eastwood. "Soy un fanático suyo desde la época de los spaghetti westerns. Entonces se decía que aquello no era cine, y ahora resulta que se tira un pedo y huele a Paco Rabanne".

¿Ha peregrinado a la meca de la Mafia? "No he estado en Corleone, pero sí que he viajado a una zona que creo que es todavía peor que Sicilia, a Reggio Calabria. Estuve una semana concentrado con la selección de básquet en 1987. Fui con un grupo de compañeros periodistas a un restaurante al que nos habían invitado. Nadie se movió hasta que llegó el anfitrión y, entonces, ¡Todo el mundo le besó la mano! Son cosas que has visto en las películas, pero en directo alucinas". El sur de Italia le impresionó por su primitivismo. "Es como en la película, cuando Don Vito vuelve a tomarse la vendetta porque han matado a su madre, es el profundo sur. Y no te hablo de los años treinta, sino de hace 20 años".

Con fama de melómano, la recomendación que tiene más clara es la musical. It's too late to stop now, de Van Morrison. "Me impactó. Hay quien dice que es el mejor directo de la historia, es del 74 de la gira que hizo por Estados Unidos. Todos los temas son buenísimos, Gloria, Domino, o Caravan. Lo tenía en vinilo y hace 30 años me ofrecieron 3.000 pesetas, ahora seguro que valdría un dineral. Es una obra cumbre".

Andrés Montes recomienda a Van Morrison.
Andrés Montes recomienda a Van Morrison.

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