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Crónica:PIE DE FOTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Vigías de Occidente

Juan José Millás

Esta foto, publicada el 1 de diciembre del pasado año, constituye uno de los grandes misterios informativos de nuestra época. Los individuos que duermen en ella a pierna suelta son cadetes de la Academia Naval de Annapolis (Maryland), en EE UU. Esperan la llegada de George W. Bush, que va a soltarles un discurso sobre los progresos de las tropas norteamericanas en Irak. Han leído bien: el discurso -tuviera o no propiedades narcóticas- no ha comenzado todavía, por lo que sería incorrecto culparle del estado de los cadetes. De otro lado, en ninguna academia militar, tampoco en las de EE UU, se pronuncian arengas a las cuatro de la mañana. Quiere decirse que es una hora normal, hábil, una hora a la que usted y yo estamos trabajando normalmente.

Lo normal es que estuvieran gastándose bromas o coqueteando mientras esperan. ¿Qué ha ocurrido?

¿Por qué los cadetes se han dormido? A esto nos referíamos al hablar de misterio. Porque no es que se hayan dormido, es que se han entregado al sueño como el que se entrega a una religión, a una idea filosófica, a un ideal político. Cultivan su sueño con la tenacidad con la que el fabricante de tallas pasa la punta de la navaja por los lugares más inaccesibles. Y pese a que los durmientes son tan numerosos, el sueño del que disfrutan no es industrial, sino único en cada caso, como hecho a mano. Si se fijan en el sexo y en la edad media de los militares, verán que son chicos y chicas muy jóvenes. Lo normal es que estuvieran gastándose bromas o coqueteando mientras esperan la llegada de su comandante en jefe. ¿Qué ha ocurrido?

No tenemos ni idea, pero inquieta un comportamiento semejante en el ejército más poderoso del planeta, en el vigía de Occidente, si me permiten la retórica. Tenemos usted y yo, con más edad y sin ninguna obligación de hacer frente al enemigo, los ojos más abiertos que ellos. ¿Qué se han metido esos jóvenes para estar así? Es sabido que a los combatientes de la guerra del Vietnam se les administraban somníferos por la noche y anfetaminas por la mañana. Quizá se les administren también en las academias, para estudiar la reacción individual al estupefaciente. De ser así, les han dado, por error, somníferos a la hora de las anfetaminas. ¿Cabe otra explicación?

Casi mejor, porque si hubiesen escuchado lo que dijo Bush, y a poco informados que estuviesen, se habrían pegado un tiro. Dijo que permanecerían en Irak hasta la "victoria total" y que las cosas iban por buen camino. También dijo que ninguna guerra se ha ganado, nunca, con un calendario, lo que nos pareció una imagen surrealista de la que dejamos constancia para todos ustedes. Y ensalzó a un soldado recientemente muerto por haber entregado hasta su último aliento a la patria: una verdadera amenaza para aquellos jóvenes que, por fortuna, no le escucharon o lo hicieron entre sueños

Hay, no obstante, en la esquina inferior derecha de la foto, una cadete que, gracias sin duda a una voluntad de hierro, aparece despierta, aunque completamente grogui. Si observan su expresión con una lupa, reconocerán en ella esa situación terrible en la que uno se está quedando frito frente al televisor cuando carece ya de voluntad para irse a la cama. Está con un pie aquí y otro allá. Pero hay algo que le impide rendirse. ¿Qué?

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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