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Nuevos estudios relacionan algunos virus con el cáncer

El gen ARF, que actúa como un potente supresor de tumores malignos, también posee una gran actividad antivírica, según un estudio dirigido por Carmen Rivas, del departamento de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid. En este trabajo, publicado en The EMBO Journal, han colaborado los equipos de Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Para María A. García, del CNB, el nuevo hallazgo demuestra que el gen ARF se encuentra mutado en un alto porcentaje de tumores humanos. "Este estudio nos ayuda a entender los mecanismos oncogénicos de ciertos virus y definir cuáles son las defensas que las células emplean para protegerse de las infecciones víricas".

Los genes supresores de tumores están alterados en numerosos tipos de cáncer. Esta alteración impide que las células se conviertan en cancerosas. El estudio muestra ahora que esas alteraciones hacen que las células sean más lábiles y susceptibles a las infecciones víricas porque carecen de defensas ante estos microorganismos. "Aquí se abre una nueva línea a la terapia anticancerosa. Sabíamos que estos virus poseen una gran actividad que se está ensayando como tratamiento frente al cáncer. Sin embargo, ignorábamos la base de su preferencia por las células tumorales. De modo que el descubrimiento del mecanismo por el que las células se defienden de las infecciones víricas con los mismos genes que nos protegen de los tumores ayuda a comprender la especificidad de ciertos virus por las células tumorales", aclara García.

Otra investigación de los mismos autores había puesto de manifiesto que el gen p53, conocido como guardián del genoma e implicado en un alto número de tumores, posee también actividad antivírica. De estas observaciones se desprende, según los científicos, que los virus, al intentar eliminar las barreras que las células establecen para defenderse contra la infección, producen proteínas que acaban resultando también protumorales, ya que afectan a las defensas anticancerígenas de la célula.

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