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65 municipios piden información a Industria sobre el almacén nuclear

Los pueblos con centrales, Peque en Zamora y Carballo en Galicia, entre los interesados

Al menos 65 municipios pedirán al Ministerio de Industria información sobre las ventajas económicas y la seguridad de albergar el almacén de residuos radiactivos. Los 63 pueblos de las zonas en áreas con centrales nucleares tienen previsto solicitar hoy la información en bloque. Se sumarán a Peque (Zamora) y Carballo (A Coruña). El Gobierno pidió en agosto candidatos para el almacén, que supondrá la inversión de 700 millones de euros y la creación de 300 puestos de trabajo. Los municipios insisten en que pedir información no te convierte en candidato al almacén, pero el número de solicitudes puede favorecer una selección que se preveía muy complicada.

El alcalde de Peque, Rafael Lobato, del PP, no fue el único que leyó el extraño anuncio que publicó la prensa a toda página el último fin de semana de julio. Sobre la imagen de un girasol, el anuncio rezaba: "Oferta pública a las corporaciones municipales que, con carácter voluntario, deseen optar al emplazamiento del Almacén Temporal Centralizado de material y combustible nuclear gastado y su centro tecnológico asociado". Este centro tiene una inversión de 700 millones de euros, creará 300 empleos y necesitará infraestructuras como carreteras, según Industria.

Con el texto, publicado a página entera en todos los diarios, el Ministerio de Industria había optado por la vía pública para resolver un problema sin aparente solución: que un alcalde acepte un almacén con los residuos radiactivos de todas las centrales nucleares.

Al llamamiento respondió el alcalde de Peque, un pueblo minúsculo de Zamora. Y desde entonces su vida es un infierno y ha denunciado ante el juzgado que algunos vecinos le impiden ejercer de alcalde y le han amenazado.

El segundo en pedir más información fue el concejal de Industria, Comercio, Ferias y Mercado de abastos de Carballo (29.000 habitantes, A Coruña), Xoán Francisco Pérez Ferreiro. Éste explica que él es partidario de albergar el almacén: "Me gustaría tenerlo porque creo que es seguro y en Industria me hablaron de los beneficios económicos que puede traer y creo que tiene ventajas. Pero después de pedir información pulsé la opinión del pueblo y vi que la gente no está por la labor". Pérez Ferreiro pertenece a un partido independiente que gobierna en coalición con el PSOE y el BNG. El concejal añade: "La puerta no está cerrada definitivamente, pero casi".

Informe de seguridad

A estos ayuntamientos se suman hoy en bloque los 63 municipios que pertenecen a la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales (Amac). El gerente de la asociación, Marià Vila, afirma que hoy la directiva de Amac va a pedir información "sobre la seguridad del almacén, el diseño elegido, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear y el reparto de fondos que conlleva". Vila añade que en este momento estos municipios aún "no son candidatos" pero que "la asociación colaborará con el Gobierno en el proceso de elección y puede acabar presentando una o más zonas candidatas". La Amac afirma que si finalmente presenta candidatos será con acuerdo del municipio y los de alrededor.

Los ecologistas, que llevan todo el mes organizando manifestaciones y recogiendo firmas contra el proyecto, ven la petición de información como un paso adelante. "El candidato firme es un municipio de Amac y van a negociar fuerte", afirma el responsable de energía de Ecologistas en Acción, Ladislao Martínez. Estos municipios siempre han sido considerados posibles candidatos porque están acostumbrados a convivir con la tecnología nuclear ya que muchos de sus habitantes trabajan en las nucleares. La comarca de Zorita (Guadalajara) perderá empleos cuando se desmantele la nuclear de José Cabrera y lo mismo puede ocurrir en Vandellòs (Tarragona) porque queda muy poco trabajo en el desmantelamiento de Vandellòs I, que ardió en 1989.

Ladislao Martínez afirma que "mientras no haya un calendario de cierre de las nucleares no se debe hablar de la gestión de los residuos porque eso supone alargar el problema". Los ecologistas han organizado manifestaciones en Mesas de Ibor (Cáceres) y Peque y afirman haber recogido miles de firmas.

Fuentes del sector explican que la proximidad de las elecciones municipales (en mayo de 2007) dificulta encontrar un candidato. "Puede ocurrir que un alcalde acepte el almacén y en mayo pierda las elecciones y el Gobierno se quede sin emplazamiento. Además, hay elecciones en la mayoría de las comunidades autónomas y aunque el alcalde lo asuma, la comunidad puede oponerse, como ya ha hecho la de Castilla y León, del PP, con la oferta de Peque.

En zonas nucleares como Almopacid de Zorita muchos vecinos prefieren tener la central nuclear a tener un almacén. Ha calado el concepto de "cementerio nuclear" aunque las centrales nucleares almacenan ahora mismo sus desechos radiactivos cuando el uranio deja de servir para producir electricidad.

Una solución temporal

Los residuos radiactivos no tienen una solución definitiva. No la pueden tener porque emiten radiación durante decenas de miles de años, una eternidad. La solución elegida por la mayoría de los países es guardarlos en almacenes temporales en superficie ya que los intentos de enterrarlos han resultado monstruosamente caros.

El almacén que ha diseñado la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) está diseñado para 60 años y sigue el modelo de Holanda, aunque hay instalaciones similares en EE UU, Suiza, Francia y Reino Unido, entre otros.

Se trata de almacenar las barras de uranio gastado en contenedores en superficie. Tendrá unido un centro de investigación en transmutación, la tecnología para intentar convertir los residuos en elementos con menos radiactividad. En total trabajarán allí 300 personas en la construcción y 90 durante la operación, según Industria, que destaca "el desarrollo económico" que inducirá en la zona. El municipio que lo albergue recibirá los 12 millones de euros que Enresa reparte en los municipios con centrales.

El Gobierno necesita un lugar en 2007 para empezar las obras en 2008 y abrirlo en 2010, cuando regresa un cargamento de residuos radiactivos enviados a Francia en 1989. Allí llevará los residuos que actualmente guardan las piscinas de las centrales.

El plazo apremia, pero ninguno de los intentos anteriores dio frutos. En 2000, la piscina de Trillo (Guadalajara) rebosó y Enresa construyó un almacén como el que quiere hacer ahora pero en pequeño y sólo para Trillo. Éste es fácilmente ampliable. A finales de los 80, Enresa hizo estudios geológicos en secreto en Castilla y León y cuando los alcaldes se enteraron hubo violentas manifestaciones.

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