_
_
_
_
_

Regresa a Holanda un barco cargado de amianto que había sido enviado a Turquía para su limpieza

Isabel Ferrer

La buena reputación de Holanda como país preocupado por la protección del entorno ha sufrido un duro revés con el regreso del Otapan, un barco cargado de amianto que debía ser limpiado en Turquía. Propiedad en origen de la mexicana Compañía Naviera Minera del Golfo, y hoy en manos de la turca Simsekler, el buque fue rechazado por Ankara cuando supo que llevaba a bordo 54 toneladas del mineral cancerígeno. Después de siete años atracado en Amsterdam, el permiso de exportación sólo computó una tonelada. Tras el bochorno diplomático, el Ministerio de Medio Ambiente busca deshacerse de la carga sin demasiados costes.

El Otapan llevaba varias semanas navegando en círculos alrededor de la isla de Lesbos, después de que Grecia y Malta le negaran el permiso de amarre. Iniciado el pasado sábado, el viaje de vuelta puede prolongarse cerca de un mes sin que Holanda haya decidido aún el puerto de destino. Ello crea una situación incómoda para el titular de Medio Ambiente, el democristiano Pieter van Geel, que afirma sentirse "moralmente responsable" del futuro del barco.

A pesar de que el dueño no es holandés, no tenía otro remedio que reclamarlo en virtud de las normas marítimas internacionales, que exigen recuperar una nave de estas características cuando es rechazada por otros países. Será, de todos modos, un final inesperado para el Otapan, embargado en el puerto de Amsterdam en 1999 por violar las normas ambientales con su carga de amianto. Tras casi una década de silencio administrativo, cuando por fin zarpó rumbo a Turquía llevaba un certificado de navegación erróneo que causó furor en Ankara.

Pero el ministro Van Geel tiene aún otro problema de residuos contaminantes. Se trata del vertido ilegal efectuado a finales de agosto por el carguero Probo Koala en Costa de Marfil, causando siete muertos y miles de afectados. En este caso, la empresa fletadora es holandesa, Trafigura Beheer (la dueña es griega, Prime Marine Management). Según el rotativo De Volkskrant, la primera refinó en alta mar 70.000 toneladas de nafta para convertirla en gasolina. Dicha operación le reportó unos beneficios de 5,5 millones de euros. Sin embargo, las basuras tóxicas producidas incluían sulfuro de hidrógeno en concentraciones que podían ser letales. Como limpiarlo en el puerto de Amsterdam costaría cerca de un millón de euros, Trafigura negoció el desguace de la nave en Costa de Marfil por 15.500 euros. Lo que no hizo a continuación fue comprobar si la firma local, Société Tommy, disponía de medios adecuados para hacerse cargo del envío.

"Tal vez no hemos sido lo bastante cuidadosos", han señalado sus responsables, dispuestos a costear parte de las medicinas precisadas por los 40.000 afectados por las emanaciones. Holanda describió la carga como "agua sucia procedente de la limpieza, restos de crudo y otras sustancias químicas". El vertido tuvo lugar de noche en un basurero, las alcantarillas de Abiyán y en una laguna. De ahí que las primeras víctimas fueran niños que se habían bañado en sus aguas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_