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Reportaje:

Rescate en la 'isla de los caballos'

Los bomberos holandeses salvan a un centenar de caballos aislados durante tres días en un prado inundado por la lluvia

Isabel Ferrer

Parecía la isla de los caballos. Pero durante tres días fue casi una cárcel para más de 100 yeguas y potros que el martes quedaron aislados de tierra firme en Frisia, a unos 150 kilómetros al noreste de Amsterdam.

La temporada de lluvias suele llegar a finales de octubre, y vacas, ovejas y caballos son devueltos a sus establos para evitar sucesos como el que ha tenido en vilo al país durante los tres días. Las aguas del mar del Norte se desbordaron inundando el prado donde pacían, y empapada, la manada se apretujó en una isla de hierba demasiado pequeña. La orilla estaba sólo a 500 metros, pero los aturdidos animales no se animaban a ganarla. Una veintena se ahogó antes de que los equipos de rescate del Ejército y de los bomberos pudieran evacuarlos. Otros 20, la mayoría potros, fueron llevados a tierra en lanchas. Su imagen acostados en los botes y el abandono forzoso en el que quedaron sus mayores era de una turbadora belleza plástica. También tenía algo de épico, con los equinos rehenes de un mar implacable. Ayer las aguas bajaron lo bastante y un grupo de jinetes llevó a los caballos a la orilla en ordenada formación.

Tres días antes de tan jubiloso desenlace, las posibilidades de éxito de la evacuación parecían escasas. Cuando el miércoles quedó claro que el agua bajaría despacio, los rescatadores llevaron forraje y bebida a los caballos. Cincuenta soldados trataron de formar un pontón entre la isla y la orilla, pero las tablas se hundieron una y otra vez. El peso de los animales, que rondaba los 700 kilos en algunos casos, hacía imposible su traslado en barca durante el día. Por la noche, los focos y las linternas les asustaban de tal modo que hubieran muerto muchos más de haberse intentado una salida en grupo y a nado.

La dueña del prado, la organización ecologista It Fryske Gea, asegura que avisó ya el pasado 15 de octubre a los granjeros del riesgo de heladas nocturnas y de inundación. El propio Lootsma habría evacuado a sus animales de granja, pero no a los caballos.

Mientras se despeja la incógnita, el Partido holandés de los Animales ha interpuesto una demanda contra Lootsma por crueldad animal. Según los veterinarios, los caballos salvados están en buen estado aunque necesitarán descanso y buena alimentación para recuperarse. Y una última pregunta aún en el aire. ¿Quién pagará el rescate equino? Esa es una cuenta que nadie quiere recibir, de momento.

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