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Un bebé de cinco meses muere en un vuelo transoceánico

Cuatro médicos trataron de reanimarle en un avión Buenos Aires-Tenerife

Daniel Verdú

Un bebé argentino de cinco meses murió el pasado 12 de octubre en un vuelo Buenos Aires-Tenerife de la compañía Air Madrid. Viajaba con su madre, que se percató de que el niño -que llevaba tres días con fiebre- había dejado de respirar y avisó a la tripulación. Cuatro pasajeros médicos trataron de reanimarle sin éxito durante una hora. El suceso se produjo a una hora y media del aeropuerto más cercano (Cabo Verde).

Yanina Castro, de 26 años, viajaba con su hijo a Tenerife para reunirse con su marido, Pablo. Éste se había marchado de Córdoba (Argentina) meses atrás para trabajar como albañil en la isla. Todavía no conocía a su hijo Tobías.

Durante el vuelo, Yanina pidió agua a las azafatas para preparar el biberón del bebé. Según sus declaraciones al diario argentino Clarín, su hijo empezó a presentar síntomas de encontrarse mal. Tras pedir ayuda a la tripulación, se requirió la colaboración de algún médico que viajase en el avión. Y hasta cuatro personas se levantaron. Tobías fue trasladado a la parte delantera de la aeronave y fue atendido por los facultativos. Según un documento de la aerolínea firmado por los cuatro médicos, se inició un proceso de resucitación cardiopulmonar que duró aproximadamente una hora. Se le administró 1 miligramo de Urbasón (un corticoide para atajar reacciones alérgicas).

"Durante el transcurso de resucitación conseguimos un vómito de características transparentes y sabor correspondiente al medicamento", dice el parte. El medicamento es la dipirona, que la madre le había suministrado para tratar el estado febril en el que se encontraba desde hacía 3 días, según los cuatro médicos.

Transcurrida una hora, el pequeño murió a 39.000 pies de altura, sobre el Atlántico. "Durante la actuación no conseguimos recuperación espontánea ni de la función cardiaca ni pulmonar", consta en el documento. El comandante decidió entonces continuar hasta el destino y no desviarse hasta la Isla de Sal (Cabo Verde) como se había barajado.

En declaraciones a la prensa argentina, la madre del niño dijo que el bebé empezó a sentirse mal tras la ingesta del biberón que le había preparado con el agua del avión. Sin embargo, los médicos, que también firmaron el "acta de defunción a bordo" señalaron que "por las livideces y cianosis que presentaba el paciente al inicio de la actuación, llevaría en parada cardiorrespiratoria al menos 15 ó 20 minutos antes de que la madre requiriera ayuda". Los facultativos reseñaron que no le habían aplicado adrenalina -un estimulador cardiaco- al no disponer de ello. La compañía subraya que el vómito que se le provocó al niño era transparente. Cuando, habiendo tomado un biberón de leche, debería haber sido blanco. Además, la compañía recalca que todos los pasajeros, incluidos cuatro bebés más, bebieron el mismo agua.

Fuentes de Air Madrid aseguraron que, tras haber guardado silencio "por respeto al dolor de la familia", se han visto obligados a aportar información para "salir al paso de las declaraciones que la madre ha realizado y que no se corresponden con la realidad". Yanina aseguraba que el bebé no había sido atendido adecuadamente e insinuaba que el agua del biberón podría haber sido la causa de la muerte. Ayer, la madre no quiso hablar del suceso con EL PAÍS y sólo dijo que decidirá si demanda a la compañía en función del resultado de la autopsia.

El comandante, Carmelo Fernández, aseguró ayer que el niño estuvo bien atendido y que la aeronave tenía el kit de reanimación pertinente. El juzgado número 4 de Santa Cruz de Tenerife está investigando el caso, informa Juan Manuel Pardellas.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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