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El 'cannabis' se importará legalmente de Canadá

El proceso de gestación del plan catalán para ensayar el uso terapéutico del cannabis ha sido largo y arduo.

El tripartito incluyó este proyecto en su acuerdo de Gobierno con el objetivo de que sirviera de base para una futura normativa que legalizara el consumo de cannabis con fines curativos. Pero las negociaciones con el Ministerio de Sanidad han sido complejas, según varias fuentes, porque la propuesta inicial de la Generalitat de utilizar la planta de marihuana triturada, como en Holanda, no gustaba al Gobierno central por el temor a que este formato se asociara excesivamente a su uso como droga. La aprobación, hace unas semanas en Canadá, del aerosol Sativex, allanó definitivamente el camino para que la Generalitat obtuviera el sí que esperaba del Ministerio.

A pesar de que contiene todos los principios activos del cannabis, el Sativex es un fármaco y su formato, un spray, favorece el mensaje que Generalitat y Ministerio quieren dar a la sociedad y que ayer repitió con insistencia la consejera catalana de Salud, Marina Geli: "No estamos promocionando el uso recreativo del cannabis, no hacemos apología de una adicción. Nuestro objetivo es evaluar los posibles beneficios del uso del cannabis, en condiciones estrictamente controladas, para paliar los síntomas derivados de patologías muy graves". Geli agregó que el Parlamento catalán, por unanimidad, ya instó a la Generalitat en dos resoluciones (en 2001 y 2003) a impulsar un plan sobre el uso terapéutico del cannabis.

La utilización del Sativex (desarrollado por el laboratorio británico GW Pharmaceutical) para llevar a cabo la experiencia en Cataluña no genera problemas de tipo legal a España. Al estar autorizado en Canadá para el dolor neuropático en la esclerosis múltiple, España podrá importarlo como "medicamento extranjero" para ensayarlo en este grupo de enfermos. Para el resto de patologías que se estudiarán en el marco del plan catalán, el fármaco se importará como "medicamento de uso compasivo" (una fórmula que permite a un país usar una especialidad farmacéutica autorizada en otro país aunque para indicaciones diferentes a la que se quiere estudiar).

El departamento de Salud no especificó ayer el número de frascos del aerosol que deberá adquirir a la compañía británica para llevar a cabo la experiencia y avanzó que, aunque pueda resultar caro, no lo será comparado con los tratamientos convencionales que los participantes han dejado de seguir porque no les han funcionado.

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