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Reportaje:

Una ciudad contra el infarto

Banyoles será la primera ciudad cardioprotegida de España

Quienes sufran un infarto en un espacio público de Banyoles (Girona) en los próximos años tendrán probablemente más posibilidades de sobrevivir que en cualquier otra ciudad española. Este pequeño municipio de 17.500 habitantes, que ha crecido a orillas de su idílico lago, ha empezado a desarrollar un proyecto pionero que lo convertirá en la primera ciudad cardioprotegida de España. Una red de aparatos desfibriladores distribuidos en lugares de gran concurrencia permitirán actuar con rapidez para evitar las muertes súbitas de origen cardiaco. Un 75% de estas muertes tienen su origen en una arritmia que puede corregirse con la aplicación de pequeñas descargas eléctricas.

El gran enemigo es el tiempo. Cada segundo cuenta. Si se aplicara un desfibrilador durante los dos minutos del inicio del episodio se podrían salvar un 80% de los casos. A cada minuto que se retrasa la desfibrilación, la supervivencia disminuye entre un 7% y un 15%. Pasados los 15 minutos, sólo un 5% de los infartos son recuperables.

Se podrá llegar a un desfibrilador desde cualquier parte de la ciudad en dos minutos

Banyoles llegará en los próximos días a los seis aparatos desfibriladores distribuidos en diferentes lugares públicos -el Club Natació Banyoles, el campo de fútbol, el asilo de ancianos, el ayuntamiento- y en coches de la policía local. El objetivo final es colocar más de una docena estratégicamente situados: se podrá llegar a ellos desde cualquier parte de la ciudad en menos de dos minutos.

El proyecto pionero empezó a latir a raíz de la celebración del Mundial de Remo del 2004 en las aguas del lago, momento en el que pudo instalarse el primer aparato. El proyecto tiene su origen en el empeño de tres hermanos cardiólogos originarios de la población. Sin antecedentes familiares relacionados con la medicina, el mayor de los hermanos Brugada empezó a estudiar cardiología y los otros dos le siguieron. A través de la fundación Ramon Brugada senior, los ahora reputados médicos bañolenses propusieron al ayuntamiento el proyecto de ciudad cardioprotegida. Tras salvar algunos obstáculos, el proyecto avanza a paso firme y la fundación ha empezado a colaborar en la formación del personal que debe utilizar los desfibriladores. "Para nosotros era evidente que era una buena idea. Empezaba a cuajar en EE UU y pronto se extendería en Europa. También existían empresas fabricantes interesadas en financiar un proyecto piloto para Europa", explica Josep Brugada, que actualmente es jefe de cardiología del Hospital Clínico de Barcelona y de la Unidad de Arritmias del Centro Cardiovascular Sant Jordi de la misma ciudad. Uno de sus hermanos ejerce la medicina cardíaca en Canadá y otro en Bélgica.

El manejo del desfibrilador no plantea grandes dificultades. Isaac Muñoz, un técnico de mantenimiento del Club Natació Banyoles de 22 años que ha realizado el curso de formación de ocho horas, está convencido de que será capaz de responder ante una situación de crisis. "He aprendido muchas cosas del corazón que ignoraba. Hicimos prácticas con un muñeco y nos enseñaron el masaje cardíaco", recuerda Muñoz. El aparato instalado en el club deportivo no tiene un funcionamiento complejo. A través de instrucciones de voz, el aparato guía al usuario en el proceso, dando órdenes del tipo "descubra el pecho", "desprenda el plástico azul de los electrodos", etc. El aparato detecta si el desfallecimiento se debe a causas cardiacas. En caso negativo, impide que se efectúe la descarga eléctrica, a pesar de que el usuario oprima el botón correspondiente.

En el Club Natación se han formado ya unas 30 personas en el manejo del desfibrilador, incluyendo socorristas de las piscinas, camareros, personal de mantenimiento o limpieza. Los cursos continuarán con otros profesionales del centro, de manera que en el caso de que surja la necesidad de usarlo, siempre haya cerca alguna persona capaz de usarlo.

Joan Julià, concejal municipal, explica que el coste global del proyecto rondará los 50.000 euros, aunque se ha visto reducido por las ayudas de la fundación Ramon Brugada y la colaboración de algunas empresas. "Hemos propuesto a empresas con más de 100 trabajadores que sufraguen el coste de un aparato en la ciudad al tiempo que instalan otro en sus empresas. Así ampliamos mucho el radio de cobertura. De momento dos firmas ya han accedido a colaborar", explica el edil.

El departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña ha firmado recientemente un convenio con Telefónica para dotar a los centros públicos de gran afluencia con aparatos desfibriladores. Algunos de estos espacios públicos, como estadio del Fútbol Club Barcelona, ya cuentan con una red de estos aparatos. No son los únicos en España. En el centro comercial de La Vaguada, en Madrid, también se han instalado. Pero en ninguna otra ciudad de España habrá un desfibrilador a menos de dos minutos como en Banyoles, cuando el proyecto haya concluido.

Manejo del desfibrilador en el Club Natació Banyoles (Girona).
Manejo del desfibrilador en el Club Natació Banyoles (Girona).PERE DURAN

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