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Reportaje:

"Me gustaría pasar más tiempo con mi madre"

Inmaculada Echevarría, la mujer que pide morir, tiene un hijo que dio en adopción

Reyes Rincón

J. M. se enteró el miércoles pasado por los medios de comunicación de que su madre no quiere seguir viviendo. No sabían nada el uno del otro desde hace dos años, cuando él la visitó en el hospital de San Rafael de Granada, en el que ella vive conectada a un respirador. Ella, Inmaculada Echevarría, hace una semana que pone rostro a los defensores del derecho a morir, pero su demanda sorprendió a muchos de los que la tratan a diario, que ni siquiera sabían que tenía un hijo. Él mismo conocía el estado de su madre, pero no sus deseos.

Después de dos años sin hablar, desde el miércoles pasado lo han hecho varias veces. "A lo mejor yo no me he comportado como debía estos dos años, pero puede ser el momento de cambiar", cuenta por teléfono el joven, que ahora tiene 26 años. "No me he portado bien con ella, pero es que yo he tenido problemas psicológicos. Decirle a dos personas mamá es muy difícil. Y por curarme yo, no me he ocupado de ella".

J. M. nació en Zaragoza hace 26 años, cuando Inmaculada ya llevaba más de una década enferma de distrofia muscular, pero aún podía andar. El padre murió en un accidente de tráfico cuando el crío tenía ocho meses y la madre tuvo que darlo en adopción porque la enfermedad le impedía cuidarlo sola. El niño supo a los seis años que era adoptado y hace dos viajó a Granada para conocer a Inmaculada.

"La encontré buscando en el registro civil y preguntando a mucha gente. Fui a verla y me enteré de toda mi vida. Y cuando volví a mi casa empecé a estar mal. No dejaba de llorar", cuenta.

J. M. le ha pedido a Inmaculada que no siga adelante con su deseo de morir y le ha propuesto trasladarla a un hospital de Zaragoza. Pero sabe que Inmaculada es difícil de convencer. "No puedo hacer nada si no quiere, pero sólo la he visto un día en mi vida y me gustaría pasar más tiempo con ella", cuenta el joven.

La intención de Inmaculada sigue siendo que le desconecten el respirador. No obstante, la enferma y su abogado, Ignacio Fernández, decidieron ayer desvincularse de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) y anunciaron que esperarán a que la Junta de Andalucía le tome testamento vital antes de pedir oficialmente que desconecten la máquina que la mantiene con vida. Según Fernández, el objetivo es que la solicitud de retirada del respirador "no interfiera" con la de toma de testamento vital, aunque fuentes de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía aseguraron que son dos procesos que se tramitan de forma independiente.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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