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El 'hombre de Flores' era un humano deforme, según un nuevo estudio

Ni Homo erectus ni especie desconocida. Los restos humanos de pequeños seres que vivieron en la isla indonesia de Flores hasta hace tan sólo 13.000 años pertenecen a individuos deformes de Homo sapiens, la misma especie que los humanos actuales, según un nuevo estudio de los huesos. De esta población descenderían los pigmeos que habitan en la actualidad la isla. Los restos fueron presentados en 2004.

El único cráneo hallado, perteneciente a una hembra de un metro de altura, es del mismo tamaño que el de un chimpancé. Se trata de una persona afectada de microcefalia, afirma en la revista PNAS un equipo de investigadores de Australia, Indonesia y Estados Unidos, liderados por Teuku Jacob, un prestigioso paleontólogo indonesio. Existen 57 síndromes que causan microcefalia y pequeña estatura, recuerdan.

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El 'hombre de Flores' no era un hombre deforme

Es el segundo estudio que refuta las conclusiones de los investigadores australianos e indonesios que propusieron el nombre de especie Homo floresiensis para los hipotéticos pequeños habitantes de la isla que cambiarían la historia del género humano. Según su hipótesis, individuos de Homo erectus llegaron a Flores hace 840.000 años y siguieron su propia evolución hacia un tamaño menor debido al aislamiento y las condiciones de vida insulares. Ayer, los descubridores se apresuraron a defender su interpretación inicial de los hallazgos, informa The New York Times. Peter Brown, uno de ellos, señaló: "Los autores no proporcionan prueba alguna de que la combinación única de rasgos encontrados en Homo floresiensis se encuentren en humanos modernos". Sin embargo, Brown reconoció que ya no cree en la hipótesis de la evolución en aislamiento y piensa que cuando llegaron ya eran de tamaño pequeño.

En el nuevo estudio los investigadores creen que el error se produjo al comparar los restos sobre todo con Homo sapiens europeos en vez de la región australomelanesia. También aducen que hubo dos inmigraciones de elefantes a lo largo de la historia de Flores, lo que refutaría el aislamiento durante centenares de miles de años. Además, la isla era demasiado pequeña para poder mantener durante tanto tiempo la diversidad genética de una especie aislada.

En total, los investigadores citan 140 rasgos del cráneo que lo situarían "dentro de los rangos de variación de los humanos modernos". También señalan rasgos de dos mandíbulas y de algunos dientes que "o bien no muestran una desviación significativa respecto al Homo sapiens moderno o comparten rasgos con los pigmeos Rampasasa que viven ahora cerca de la cueva Liang Bua" donde se produjo el descubrimiento. Esta población presenta anormalidades de desarrollo todavía hoy.

El análisis genético de los restos sería decisivo para resolver esta discusión, que ha tomado incluso tintes políticos, pero los expertos que lo han intentado no han conseguido hasta ahora encontrar suficiente ADN, ya que las condiciones de conservación en los trópicos son especialmente malas para el material genético.

Representación del <i>hombre de Flores.</i>
Representación del hombre de Flores.REUTERS

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