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Los obispos presentan un nuevo plan para "evangelizar" España

La Iglesia pretende aprovechar mejor "exequias, bautizos y bodas"

Los obispos se proponen "evangelizar" España sin desaprovechar oportunidad alguna, desde las escuelas a las iglesias, y sobre todo la que les brindan los ritos y sacramentos más visitados por ciudadanos "que sólo se acercan a la Iglesia en estas ocasiones: exequias, bautizos, bodas". Así lo exponen en el nuevo plan pastoral presentado ayer por la Conferencia Episcopal Española, que abarcará hasta 2010.

Los prelados españoles, como san Agustín y el propio papa Benedicto XVI, tienden al pesimismo, y tienen una idea muy negativa de la realidad social, donde perciben, por ejemplo, "gravísimos ataques a la familia y al matrimonio". También "observan con preocupación el creciente recorte de la libertad en el ámbito de la enseñanza religiosa y de la educación en general". Pero añaden: "Lejos de desalentarnos, renovamos nuestro empeño a favor de la educación integral de la persona humana, la cual nunca se alcanzará si se prescinde de su dimensión religiosa". La jerarquía católica entiende la presencia de sus profesores en la escuela "como una acción educativa y evangelizadora, un verdadero apostolado cuyo vigor se renueva cada día en la eucaristía".

Las dificultades a las que la Iglesia católica tiene que hacer frente en España en los próximos años son más un problema interno, principalmente "de casa", que externo. Los obispos lo definen como un proceso de "secularización" que viene de años atrás. El nuevo Plan Pastoral fue aprobado por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal el pasado 30 de marzo, y presentado ayer por su portavoz, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino.

"Tendencias laicistas"

Tras afirmar que el diagnóstico realizado en el Plan Pastoral anterior (2002-2005), titulado Una Iglesia esperanzada, sigue siendo válido en sus líneas fundamentales, los prelados admiten que se han producido cambios "y nuevos subrayados", especialmente en la transmisión de la fe en la familia y en las migraciones.

Los obispos constatan "la fidelidad de muchos cristianos a su vocación bautismal en un contexto cultural difícil", así como la vitalidad de muchas instituciones y acciones eclesiales, pero señalan dificultades, que tienen su origen tanto "en una cultura pública que se aleja decididamente de la fe cristiana y camina hacia un humanismo inmanentista", como en la propia secularización interna.

El plan pastoral resume esas actitudes en "las tendencias laicistas en la organización de la sociedad, la desidentificación de la realidad misma del matrimonio y de la familia, los atentados contra la vida del concebido no nacido, el recorte de libertades en materia educativa y la deriva de una parte de la juventud, sometida a nuevas formas de esclavitud". A la vez, apuntan las que surgen en la misma vida de la Iglesia: "La débil transmisión de la fe a las generaciones jóvenes; la desorientación que afecta a un buen número de sacerdotes, religiosos y laicos; la disminución de vocaciones para el sacerdocio y para los institutos de vida consagrada".

También asumen la "pobreza de la vida litúrgica y sacramental de no pocas comunidades cristianas; la aparición de nuevas formas de disenso teológico y eclesial, y la escasa presencia pública de los católicos".

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