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El último neandertal vivió en Gibraltar

El extremo sur de la Península Ibérica debió de ser el último refugio de los neandertales, hace 28.000 años, cuando otra especie humana, la nuestra, los había desplazado ya del resto de Europa. Tal vez fue hace menos tiempo, unos 24.000 años. Los vestigios más modernos de neandertales -artefactos y restos de huesos de animales- aparecieron en Gibraltar hace años, en concreto en la cueva de Gorham, y han sido datados ahora con precisión por un equipo internacional que presenta sus datos hoy en la revista Nature. Los fósiles neandertales más recientes, de hace unos 30.000 años, también proceden del sur de la península Ibérica.

Aunque en el calendario de la larguísima prehistoria 2.000 años parezcan poco, el último neandertal es una cuestión candente de la paleontología humana. Los humanos modernos llegaron a la península hace unos 40.000 años, así, durante unos miles de años ambas especies se desenvolvieron en el mismo territorio. ¿Por qué desaparecieron los neandertales, que estaban en Europa probablemente hace medio millón de años? ¿Guerrearon ambas especies? ¿Colaboraron? ¿Se cruzaron genéticamente? ¿Se copiaron tecnologías? ¿Hubo influencias culturales?

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Numerosos estudios apuntan que no hubo intercambio genético; no hay muestras de guerras entre ambas especies y sí pudo haber imitación tecnológica... Pero aquellos robustos seres específicamente europeos, los neandertales, fueron declinando poco a poco, se quedaron arrinconados -hasta Gibraltar- y desaparecieron. Tal vez los modernos humanos eran más eficaces explotando el territorio y los recursos y dejaron a la otra especie sin hueco para sobrevivir.

Los yacimientos del sur de la península indican que "los últimos supervivientes de los neandertales y la entrada de los humanos modernos fue un proceso de mosaico en que los grupos modernos pioneros y los neandertales ocuparon a la vez una región muy heterogénea durante varios miles de años", afirma en Nature el equipo de investigación, liderado por Clive Finlayson e integrado por varios científicos españoles.

"Los últimos neandertales que ocuparon la cueva de Gorham", explican, "tenían acceso a una comunidad diversa de plantas y vertebrados en planicies arenosas, bosques abiertos y extensiones arbustivas, marismas, acantilados y entornos costeros que rodean el lugar. Tal diversidad ecológica pudo haber favorecido su prolongada supervivencia".

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