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Reportaje:

Una telaraña de 110 millones de años

Ámbar hallado en Teruel conserva restos de insectos capturados

Un escarabajo, una avispa, un ácaro y una mosca resultaron atrapados en una tela de araña, tal vez una de ésas con la típica forma de rueda llamada orbital. Seguramente la arquitecta de la trampa, la araña, se alimentó de sus presas. Hasta aquí todo parece perfectamente normal, nada excepcional. Sin embargo lo es, porque los hilos de la tela y los restos de los insectos capturados tienen 110 millones de años y se han conservado hasta hoy en un pedacito de ámbar descubierto en Teruel. Se trata de la tela de araña con presas más antigua que se conoce y hoy se presenta en la prestigiosa revista Science.

La pieza de ámbar (de 18 por 7,5 milímetros) fue hallada en 2003. Contiene 26 hilos, el más largo, de 5,7 milímetros, y se distinguen en ellos gotitas de pegamento de la tela de araña, explican Enrique Peñalver y David A.Grimaldi, del Museo Nacional de Historia Natural (Nueva York), y Xavier Delclós, de la Universidad de Barcelona. Ellos creen que son restos de una tela de araña espiral. Y allí atrapados, en la resina fosilizada, están la pata de avispa, la mosca, el escarabajo y el ácaro. "Al parecer, las arañas llevan mucho tiempo pescando insectos en el aire", dice Grimaldi.

En la resina fosilizada hay una pata de avispa, una mosca, un escarabajo y un ácaro

El ámbar, hallado en la sierra de San Just turolense, se formó en un bosque de coníferas del grupo de las Araucariáceas, situado en un delta, explicó ayer Delclós, informa Efe.

Las telas de araña orbitales, esas obras de alta ingeniería de insectos, intrigan a los científicos desde hace tiempo, porque no es una tarea fácil construirlas. Además, hay dos grupos de arañas que hacen tales redes, aunque con diferentes tipos de adhesivo para inmovilizar a sus piezas.

Precisamente por dar una buena pista acerca de si esas dos soluciones evolucionaron independientemente o son herencia de un remoto familiar común, destaca otra investigación presentada en Science a la vez que la del ámbar de Teruel.

Los científicos, en este caso liderados por Jessica E. Garb, de la Universidad de California, explican que la tela de araña orbital parece tener un origen evolutivo común que se remonta al menos a 136 millones de años. Ellos se basan en análisis genéticos que muestran cómo ambos grupos de arañas cuyo rastro evolutivo se remonta a 136 millones de años comparten proteínas clave para fabricar los hilos de sus telas.

"Las dos técnicas para hacer estas trampas son curiosas. Unas arañas producen gotitas de pegamento con las que logran que los hilos de su tela sean pegajosos; las otras recubren los hilos básicos de la tela con un tipo distinto de fibra que la araña peina hasta que adquiere casi el aspecto de una tira de velcro, cuando se ve con un microscopio", dice Garb.

Un tercer descubrimiento sobre arañas del pasado dado a conocer estos días

también procede de España. En este caso, se trata de un fragmento de ámbar encontrado en Álava, de hace 115 millones de años, que contiene una araña de dos milímetros de largo muy similar a una especie actual. Presentan el hallazgo David Penney (Universidad de Manchester) y Vicente Ortuño (Universidad de Alcalá de Henares) en la revista Biology Letters, de la Royal Society británica.

Telaraña de la especie <i>Waitkera waitakerensis</i> (izquierda) y<b> de</b><i> Argiope trifasciata </i><b>(derecha)</b>.
Telaraña de la especie Waitkera waitakerensis (izquierda) y de Argiope trifasciata (derecha).B.OPELL / M.CHAPPELL
Insecto en ámbar hallado en Teruel.
Insecto en ámbar hallado en Teruel.SCIENCE

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