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Crónica:FÚTBOL | Novena jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Kameni se alía con Osasuna

Dos errores del portero del Espanyol permiten a los navarros seguir liderando la tabla

Las circunstancias comienzan a sumarse para mantener a Osasuna en el liderato. Si antes la suerte zancadilleaba continuamente a los rojillos, ahora les guiña un ojo y les regala su sexta victoria consecutiva en El Sadar. Hoy la circunstancia fue Kameni, que dinamitó el partido y a su propio equipo. Durante el primer tiempo, el portero se decantó por la floritura para atrapar un lejano centro-chut de David López, bombeado y blandito. Kameni la agarró, sí, pero metiéndose dentro de la portería. O eso pareció. El gol fantasma fue otorgado por González Vázquez. Primer error garrafal.

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Un líder sin titulares

Cuarenta minutos después, Kameni, que lleva toda la temporada realizando ejercicios para mejorar su posición en el área y sacar el balón jugado, fue incapaz de despejar una cesión de su zaga. Una patada al aire de la que se aprovechó su compatriota Webó. El delantero contemporizó, esperó a que llegase otro compañero y se la puso a Muñoz, que remató desde el centro del área. Segundo yerro y punto y final del encuentro.

Y eso que el partido nació muy abierto, con esa alegría que el Espanyol de verdad, el que comanda De la Peña, puede exhibir. Osasuna se animó a seguir esa senda de ataques de correcalle, desorden y verticalidad. Riera y Pochettino tuvieron las primeras ocasiones, siempre nacidas de las botas de Lo Pelat. Romeo, al palo, y Cuéllar respondieron. Pero el desequilibrio llegó con una carrera de David López por la derecha. Incisivo, el riojano lanzó el pase fatídico que Kameni no quiso ni despejar de puños ni sacar a córner ni parar en dos tiempos. El balón, ya en las manos del portero, se columpió sobre la línea de gol. El árbitro decidió que entró, como podía haber hecho lo contrario.

La reacción de los catalanes fue progresiva porque el tanto enfrió el ritmo trepidante del primer tercio del choque. Osasuna se achicó en este tramo y pasó a controlar asépticamente, dejando la posesión a los de Lotina y evitando que se acercaran con peligro a Elía, que tras los remates iniciales no se tuvo que volver a ejercitar en el resto del encuentro.

El Espanyol, tras el descanso, siguió obstinado en buscar el área navarra, pero la cabeza de De la Peña no bullía ya como al principio. Tamudo se encontró desasistido, batallando solo y sin apoyos por las bandas, donde los carrileros designados por el técnico españolista para completar una defensa de cinco hombres no se mostraron.

Lotina, que veía hundido a su equipo, buscó en el banquillo a Luis García. Parecía que el veloz delantero podría asociarse con Tamudo y voltear el partido. En su primer toque, el asturiano puso la pelota en la cabeza de Tamudo. Su remate se coló en la portería, pero la jugada ya había sido anulada por un dudosísimo fuera de juego. Este remate fue la última bala del Espanyol, que se vino abajo. Ni disputó ni creyó en una hipotética remontada, con lo que puso la victoria aún más fácil a Osasuna, encabezado por Moha, que reivindicó su derecho a pelear con Delporte por ocupar la banda izquierda en un conjunto que sigue sin diferenciar titulares de suplentes.

Los navarros, contra pronóstico, se afianzan en el primer puesto y, como rédito, acumulan en sólo diez jornadas la mitad de los puntos matemáticamente necesarios para salvar la categoría. Algunos empiezan a otear más alto.

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