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López Caro, técnico exigente y con mano izquierda

Juan Ramón López Caro, nuevo entrenador del Real Madrid, llega al cargo avalado por su gran trayectoria al frente del filial en las cuatro últimas temporadas, en las que ha conseguido un ascenso a Segunda División, dos fases de ascenso y el respeto de un vestuario que siempre vio en él a un técnico duro, exigente pero preparado y dialogante.

López Caro llegó al Real Madrid en 2001 recomendado por Ramón Martínez, actual adjunto a la dirección deportiva del equipo. Nació el 23 de marzo de 1969 y su trayectoria como entrenador comenzó desde la base, desde los clubes más humildes de su Sevilla natal. Como entrenador destacó su trabajo en el Lebrijana, de donde dio el salto al Lebrija, posteriormente al Los Palacios, Dos Hermanas y Melilla, club en el que su brillante trayectoria le llevó al Mallorca B. Allí empezó a ganarse un renombre gracias a su gran labor en el filial mallorquín. En esa época descubrió a futbolistas como Campano, toda una institución en el equipo balear y a Güiza, uno de los delanteros de moda del fútbol español que llama desde su humilde Getafe a las puertas de la selección de Luis Aragonés.

Trabajador inagotable, no duda en meterse más de 2.000 kilómetros de coche para estudiar en primera persona a los tres posibles rivales de la promoción de ascenso a Segunda División. Desde Burgos hasta Zaragoza; Palencia o Extremadura; todo en busca de un objetivo. De hecho, se las ingenia para conseguir todos los vídeos, recortes de periódico e información de los equipos que tendrá enfrente al domingo siguiente, independientemente de que ese club sea un desconocido de Segunda División B.

Amante de las dobles sesiones, una tarde a la semana la suele emplear en mostrar a sus jugadores los errores del domingo anterior. "Nos agota con el condenado vídeo. Algún día le vamos a perder un par de clavijas, pero merece la pena", decía el año pasado un futbolista del filial. Acepta las críticas de los jugadores pero siempre impone una disciplina apreciada por éstos. Otro de sus puntos fuertes como entrenador es la condición física, hecho que experimenta en primera persona. "Para relajarme me gusta irme a correr una hora todos los días. Me ayuda a centrarme y a poner las cosas en su sitio", afirma. De hecho, utiliza un pinar cerca de su casa como centro de operaciones para evadirse de la presión del banquillo y, desde allí y zapatillas en ristre, se marcha a buen ritmo a su casa.

El año pasado le dio al Real Madrid la alegría de ascender a Segunda División, una década después de la última. Fue entonces cuando Florentino Pérez le renovó una temporada, hasta 2006, con el objetivo de consolidar al equipo en la categoría de plata del fútbol hispano. Ahora, y tras un gran comienzo de campaña con el Castilla (lleva seis encuentro seguidos sin conocer la derrota y está situado en la zona media de la tabla), López Caro asume el reto de su vida. No lo hará sólo. Si necesita echar mano de la cantera, nadie mejor que él para conocerla.

El ha moldeado el filial en el que han explotado esta temporada jugadores como Adrián Martín, José Manuel Jurado, Alvaro Arbeloa o Roberto Soldado. Estos junto a alguno más, empezarán a sonar dentro de poco a la afición del Real Madrid. Confía en la cantera y no la dejará de lado.

José Ramón López Caro en el partido de hoy disputado entre el Nástic y el Real Madrid-Castilla
José Ramón López Caro en el partido de hoy disputado entre el Nástic y el Real Madrid-CastillaEFE

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