_
_
_
_
_
FÚTBOL | COPA REY

El ídolo es Mou

El público que se adentró primero en la Nueva Condomina fue testigo de la salida de los jugadores y el entrenador del Madrid a reconocer el campo. Khedira, Granero, Canales, e Higuaín encabezaron a los visitantes, que inspeccionaron el césped con curiosidad hora y media antes del partido. La gente los ignoró por completo. Nadie en las gradas pareció emocionarse mientras los futbolistas revisaban el pasto, famoso por su irregularidad desde la inauguración del estadio, en 2006. La muchedumbre de aficionados sólo dejó escapar gritos de entusiasmo cuando José Mourinho dejó ver su melena encanecida. Entonces las chavalas liberaron un chillido unánime: "¡Mooouuuhhhh!".

Vicente del Bosque, que estuvo vinculado al Madrid durante tres décadas y ganó todo tipo de títulos, nunca inspiró estos gritos desgarradores. Desde que el fútbol es un espectáculo televisivo, los ídolos se relacionan más con la fama que con la historia. En España, Mourinho, conocido como 'Mou', es un hombre famoso. Tan famoso que en Murcia rivalizó con Cristiano Ronaldo en el reclamo popular. "Para nosotros es muy cómodo", dicen los jugadores, que, por ahora, se deleitan tras la cortina de humo. En el hotel de concentración, Mourinho dedicó media hora a firmar autógrafos a los admiradores. "Es un acto formal del club en el que todos debemos participar", comentó. El hombre, que despachó las firmas junto a Pedro León, su pupilo más díscolo, fue incapaz de tomarse el asunto a la ligera. Mourinho se esforzó por firmar más rápido que León, como si compitiese por algo, mientras lucía su sonrisa de fauno. "He batido el récord de firmas hechas por minuto", declaró al terminar.

Más información
Los bienvenidos excesos de Mourinho
José Mourinho observa a sus jugadores durante un entrenamiento.
José Mourinho observa a sus jugadores durante un entrenamiento.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_