"¿Alguien va a coger esta patata caliente?"
El despliegue de unidades móviles y artilugios periodísticos ante el juzgado de Ribeira inducía a pensar en un gran acontecimiento. Siete años después, el caso Sampedro, encaramado a la cresta del éxito de la película Mar adentro, levanta más expectación que nunca, pese a que la declaración de ayer fuese "un mero trámite", como insistía la presidenta de DMD en Galicia, Carmen Vázquez, quien acudió a arropar a Maneiro en su comparecencia ante la juez.
"Esto está prescrito, lo sabe todo el mundo", repetía Vázquez. "Y aunque no lo estuviera, ¿alguien va a coger esta patata caliente y a castigar a una persona por esto?". La atención periodística al caso despertaba sentimientos encontrados en el grupo que lucha por el reconocimiento del derecho a la eutanasia. Por un lado, admiten que la muerte de Sampedro ha contribuido a que no decaiga el debate social. Pero, según Vázquez, el revuelo no ha contribuido a su causa: "En algunos medios ha primado el tratamiento amarillista. Se han sacado las cosas de contexto y se ha olvidado el fondo del asunto, que es una cuestión de libertad, de tolerancia, la solicitud de una persona que nos reclamaba a todos los ciudadanos que le ayudásemos a morir".
"Lo esencial es que hoy Ramón Sampedro se hubiese encontrado con la misma respuesta que le dieron las autoridades hace siete años", concluyó la presidenta de DMD en Galicia.