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Los padres de Jokin recurren la sentencia que condenó a los ocho acosadores

La familia de Jokin, el muchacho de 14 años que se suicidó en Hondarribia (Guipúzcoa) el 21 de septiembre de 2004, presentó ayer un recurso contra la sentencia del Juzgado de Menores de San Sebastián que condenó a ocho de sus compañeros a 18 meses de libertad vigilada como autores de un delito contra la integridad moral.

La familia del joven rebate la decisión de la juez de no analizar en profundidad los ordenadores de los ahora condenados, tal como había solicitado la familia y que un informe de la Ertzaintza estimaba factible. Según declaró un testigo protegido durante la vista oral, el acoso a Jokin también se llevó a cabo a través de Internet. Algunos compañeros del malogrado chaval se jactaban en algunos foros de estarle haciendo la vida imposible. Esto da pie a la familia para pensar que en los ordenadores de algunos condenados aún puede haber rastro del acoso sistemático, y vuelve a solicitar que se practique la prueba.

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Los padres de Jokin también consideran que la sentencia omite un hecho fundamental: las reiteradas agresiones físicas y psíquicas padecidas por su hijo le provocaron "una fractura del sistema psíquico, médicamente definida como trastorno disociativo". Esto, que dieron por sentado los tres psiquiatras intervinientes en el proceso -Iñaki Viar, Luis Rojas-Marcos y José Luis Mayoral-, no aparece de forma explícita en la sentencia. "En el relato de hechos probados", propone en el recurso, "debería incluirse que como consecuencia de las agresiones tanto físicas como psíquicas inferidas a Jokin, éste sufrió una enfermedad mental o psíquica consistente en un trastorno depresivo agudo".

Lesiones psíquicas

Así, uno de los pilares del recurso intenta desmontar la decisión de la juez de subsumir el delito de lesiones psíquicas en el de trato degradante. La familia estima que la juez se olvidó de razonar el por qué, según ella, no se puede condenar independientemente por un delito de lesiones psíquicas y por otro de trato degradante. Según el recurso, la legislación permite que, en casos de acoso como el sufrido por Jokin, se aplique el delito de lesiones con independencia de que se aplique el de trato degradante.

La familia pone además en cuestión la "benignidad" de las penas, que "en absoluto toma en consideración la actuación grupal que facilitaba la impunidad; ni la crueldad, persistencia y ensañamiento de los imputados, quienes llegaban incluso a vigilar y controlar la no presencia de profesores para así poder agredir y vejar a Jokin con total impunidad". La sentencia condena a los ochos menores a las mismas penas, aunque considera demostrado que cuatro de ellos actuaron con especial virulencia.

La defensa de los condenados también ha presentado un recurso. Pide la libre absolución de los ocho menores y basa el recurso en que los 17 compañeros de Jokin que declararon fueron declarados testigos protegidos de una manera improcedente.

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