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Reportaje:TERROR EN LONDRES | El caos

La capital quedó colapsada

Miles de ciudadanos tuvieron que regresar a casa a pie al cerrarse las estaciones de metro y tren

El centro de Londres quedó absolutamente bloqueado del exterior con la suspensión, desde media mañana de ayer, de la red del metro, el servicio de autobuses y las principales estaciones de tren. La medida fue necesaria en prevención de nuevas explosiones que pudiesen elevar aún más el número de víctimas. Las autoridades pidieron a los ciudadanos que no salieran a la calle. "Lo más seguro es que cada uno se quede donde esté", afirmó el responsable policial Ian Blair.

El metro de Londres suspendió su servicio en la totalidad de la red poco después de acusar el impacto de una serie de explosiones en hora punta de la mañana. Se hablaba entonces de una sobrecarga de la red eléctrica subterránea, o quizá de un cortocircuito, como el detonante de la explosión registrada en vagones de metro a su paso por tres túneles del metro: entre las paradas de Aldgate East y Liverpool Street Station, en el núcleo financiero al este de la ciudad; entre Russell Square y King's Cross, en pleno centro turístico; y en torno a Edgware Road, en el oeste.

En el centro sólo circulaban autobuses con heridos para ser trasladados al hospital
Adelantándose a la versión oficial, la gente apuntaba al terrorismo islámico: "Otro Madrid"
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La destrucción casi total de un autobús rojo de dos pisos, también en el centro de Londres, hizo desvanecer las pocas esperanzas que los británicos guardaban de que la serie de incidentes de la mañana se debieran a fallos técnicos o humanos. Adelantándose a la confirmación oficial, los londinenses apuntaban al terrorismo islámico. "Otro Madrid", decía la gente.

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El metro cerró sus puertas durante toda la jornada, lo que afectó al desplazamiento de decenas de miles de residentes y turistas. Más de tres millones de personas utilizan el suburbano en días laborales, la mayoría en trayectos de ida y vuelta al puesto de trabajo. Ayer, directores de empresa y gerentes comerciales dieron la tarde libre a sus empleados.

"La mayoría tendrá que ir caminando a casa", explicaba a mediodía Anna Nichols, responsable de Internacional en una agencia de relaciones públicas. London Transport esperaba reanudar hoy por la mañana las líneas suburbanas no afectadas por el atentado. Mientras tanto, enfocó parte de sus recursos humanos a revisar todos los vagones de la totalidad de su flota. Se intentaba actuar con premura, pero no antes de inspeccionar cada segmento de trenes y andenes para asegurar que no quedaba ninguna bomba sin explotar.

Con varias calles cerradas al tráfico rodado, Londres estuvo prácticamente paralizada durante horas. Los autobuses de dos pisos daban la vuelta hacia su destino original sin entrar en la llamada zona 1, es decir, el centro neurálgico de la capital. En estas calles sólo circulaban buses con heridos para ser trasladados a los hospitales más próximos. A última hora de la tarde, se reanudó parte del servicio, aunque la mayoría de la población tuvo que recorrer el centro a pie. Algunas empresas privadas facilitaron autobuses para ayudar a la gente a regresar a casa.

Desde media mañana se tendió un cerco sobre Londres. Los trenes rápidos y de cercanías concluyeron su trayecto no en las habituales estaciones londinenses, sino en un radio en torno a los 100 kilómetros. Se trataba de evitar que una nueva avalancha humana accediera al centro urbano y dificultara con ello la acción de los servicios de emergencia.

Aunque con dificultades, la gente pudo moverse. Y comunicarse con familiares y amigos, pese a que la telefonía móvil se colapsó en repetidas ocasiones a lo largo del día. "Bombazos al día siguiente de ganar la candidatura a los Juegos Olímpicos. ¡Qué horror!", decía un joven con voz malhumorada. El escritor escocés Duncan Park llegó a tiempo a una cita hospitalaria, de relativa importancia, que fue cancelada dada la magnitud de las emergencias que iban llegando. Más dificultades esperaba encontrar para trasladarse al aeropuerto de Luton, desde donde debía viajar anoche a Dublín.

Los aeropuertos mantuvieron abiertas sus terminales y un servicio de vuelos relativamente normal. También funcionó regularmente el Eurostar y el Heathrow Express, el servicio de tren que une en 15 minutos el principal aeropuerto londinense con la estación de Paddington, al oeste.

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