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Montilla pide sensatez a CiU, que sólo apoyará el Estatuto si "vale la pena"

El Consell Consultiu advierte de que la proliferación de enmiendas dificultará su análisis

Ante la semana que culminará con la votación en comisión del proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña, el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, pidió ayer "sensatez" a Convergència i Unió, que todavía no ha comunicado el sentido de su voto. El líder de la federación, Artur Mas, mantuvo que sólo apoyará el texto si "vale la pena" una vez incorporadas las enmiendas. El presidente del Consell Consultiu de la Generalitat, Joaquín Tornos, pidió a todos los grupos que limiten el número de enmiendas para agilizar el análisis constitucional del texto.

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Una vez comprobado que CiU no piensa desvelar hasta el último momento si apoya el futuro Estatuto de Autonomía de Cataluña, el ministro de Industria, José Montilla, apeló a la "responsabilidad" y a la "sensatez" de CiU, a la que acusó de haber intentado redactar un Estatuto que supere el techo constitucional.

En opinión de este dirigente socialista, la estrategia de los nacionalistas pasa por que el Parlamento catalán remita a las Cortes un texto que el PSOE no pueda apoyar por inconstitucional. "De esta forma, los nacionalistas podrán seguir instalados en el victimismo y hablando de los enemigos de fuera, que es lo que han hecho los 23 años que gobernaron", dijo el ministro.

A tres días de la cumbre entre Artur Mas y Pasqual Maragall, y a cinco de que la comisión se pronuncie sobre el proyecto de Estatuto, Montilla no dudó en afirmar que a los nacionalistas les interesa que el Estatuto "fracase", porque la revisión que comporta este Estatuto se produce "en un proceso que ellos no dirigen, porque están en la oposición, y es obvio que esto no les gusta". Montilla reclamó de las fuerzas políticas catalanas un "esfuerzo" que permita iniciar el debate en las Cortes el próximo septiembre.

Pero Convergència i Unió no se dejó impresionar. El líder de CiU, Artur Mas, sostuvo que el Estatuto sólo contará con el apoyo de su formación si, tras las modificaciones derivadas de las enmiendas, éste "vale la pena". Los nacionalistas dedicarán la semana que hoy empieza a negociar una fórmula alternativa para el blindaje de las competencias de la Generalitat, uno de los puntos que más les distancia del PSC y del conjunto del tripartito catalán. De lograrse un acuerdo en este sentido, sólo quedará un único gran desacuerdo: el referido a la financiación de la Generalitat. Los nacionalistas insisten en que el Estatuto incluya su propuesta de financiación de concierto económico para Cataluña. El rechazo del tripartito a esta propuesta, junto a la voluntad de los partidos que forman el Gobierno catalán de no definir como "excluyentes" las competencias de la Generalitat, ha motivado que los nacionalistas denuncien que el Estatuto que se está acabando de redactar en el Parlamento puede ser "peor" que el aprobado en 1979.

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Por este motivo, los nacionalistas intentarán que no prosperen las enmiendas del PSC dirigidas a rebajar el número de competencias a transferir a la Generalitat.

El Consell Consultiu de la Generalitat, encargado de dictaminar sobre la constitucionalidad del proyecto de Estatuto, está preocupado por el volumen de las enmiendas presentadas. Ayer, el presidente de ese organismo, Joaquín Tornos, no dudó en alertar sobre la "complejidad" de los trabajos para dictaminar sobre las 554 enmiendas presentadas por los partidos. En declaraciones a Efe, advirtió de la "poca utilidad" de su trabajo si los partidos no reducen el número de enmiendas a analizar, una tarea en la que los ponentes del Estatuto dedicarán los tres primeros días de esta semana.

Mientras dure este proceso el Gobierno catalán no quiere interferencias del Ejecutivo central y su entorno. El consejero de Economía, el socialista Antoni Castells, pidió al presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, que se abstenga de hacer declaraciones en contra del proceso de reforma estatutaria, y no tuvo reparos en situar al ex vicepresidente del Gobierno en el sector "más ultramontano" del PSOE.

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