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VERANO 2005

Ricardo Varela, un sevillano en la barbacoa de Bill Gates

Ricardo Varela no imaginaba, cuando partió hacia Redmond para trabajar tres meses como becario de Microsoft, que acabaría compartiendo barbacoa con el mismísimo Bill Gates en el jardín de su mansión, a orillas del lago Washington.

Elegido el más capacitado entre 14 europeos que acudieron en el verano de 2004 a la sede de Microsoft gracias al programa internacional de becas de la compañía, Valera trabajó en un par de desarrollos relacionados con el Windows Mobile, sistema operativo de Microsoft para los móviles.

"Si trabajas en informática aquello es para verlo", recuerda Varela. "Te encuentras de todo. Gente que viene de otras empresas como Sun, Palm, gente del entorno de Unix, linuxeros, programadores que han desarrollado software libre...". Toda una mañana pasó este programador de 25 años con Pat Helland, uno de los grandes programadores de Microsoft, ordenando su colección de 500 muñecos dispensadores de caramelos PEZ.

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Varela, pese a estar implicado en diversos proyectos de software libre, se sintió a gusto. "Cuando estas allí dentro ves que el funcionamiento de los equipos de trabajo es como el de un grupo de software abierto", cuenta Varela, una visión muy diferente de la construida por el imaginario tradicional de las gentes del software libre.

Una meritocracia

"Funcionan como una meritocracia. Cuando ves cómo trabajan, cómo prueban las versiones... es como un grupo de desarrollo de software abierto", insiste Varela antes de añadir una importante puntualización: "Sólo hacia adentro, no hacia afuera".

"El nivel de exigencia es completamente diferente al de cualquier otra empresa". Al igual que el trato personal, las formas de organización... "en las empresas españolas la organización es muy piramidal; allí tenía a mi jefe sentado justo detrás. En cuanto llegas te organizan barbacoas".

Cada año, el fundador de Microsoft organiza una barbacoa en su casa para algunos becarios. Varela asistió a ella. "Fue girar la cabeza y vi que estaba a mi lado. De cualquier cosa que hablaras se notaba que controlaba el asunto". Varela lo define como un tipo "muy normal", tan normal que se cruzó con él camino al trabajo: "Llevaba un coche peor que el que yo tenía".

Al final de su estancia, Varela recibió una oferta para continuar trabajando en la compañía, pero decidió regresar a España, terminar la carrera y continuar en el proyecto Julietta, un gestor de diálogo para domótica.

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