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El "tren" de la mayoría católica

Los obispos se prodigan este verano, como nunca, en los foros universitarios. Objetivo: levantar los ánimos tras el disgusto por la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, y preparar a sus fieles para inminentes batallas. Entre otras tribunas, el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, acudió en julio a Aranjuez (Universidad Rey Juan Carlos); el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, predicó en El Escorial (sede veraniega de la Complutense) apelando "a la oración para hacer frente" a la reforma educativa, y el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, viajó a Santander (Universidad Internacional Menéndez Pelayo).

"Hay años en los que, aunque llueve poco, las aguas bajan muy revueltas", dijo el obispo Blázquez en Aranjuez. Al día siguiente, el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, dibujó un panorama desolador de la sociedad española y reclamó a los católicos valentía. "Hay que repetir la hazaña de los primeros evangelizadores. Sólo la firmeza de los mártires pudo quebrar la prepotencia de los emperadores".

Esta frase del arzobispo de Navarra, que vivió en primera fila la dialogante transición política al lado del cardenal Tarancón, refleja una idea fuerza del episcopado: España vive una crisis religiosa sin precedentes, lo que obliga a los católicos a una actitud de cruzada, martirial, de "nueva evangelización". En palabras de Rouco, España, antaño misionera, es hoy "un país de misión".

El 79% de los españoles se declaran católicos pero la mitad de ellos confiesa que no va a misa casi nunca, según el último barómetro del CIS, hecho público el primer día de agosto. Junto a ese 79% de católicos, hay un 2% de personas que se declaran creyentes de otra religión, mientras que un 11% dice ser no creyente y un 6% se declara ateo. De entre los católicos, un 49,7% no va casi nunca a misa y un 17,3% acude varias veces al año, sin contar bodas, comuniones, bautizos o funerales. Los practicantes rondan el 30% del total de católicos, ya que un 11,6% va a misa alguna vez al mes, un 18,4% casi todos los domingos y festivos y el 2,6% varias veces a la semana.

"En primera clase"

Los obispos se quejan, también, de que algunas de las reformas ejecutadas -o anunciadas- por el Gobierno socialista van contra lo pactado en 1979 entre España y la Santa Sede. Es lo que califican como "fundamentalismo laicista". El cardenal Amigo aludió a ello en Santander, advirtiendo al Ejecutivo sobre su equivocación si confunde Estado aconfesional con Estado laico para rebajar (o eliminar) la relación preferencial que existe entre ambos Estados desde antiguo. Para ello recurrió a un símil. Dijo: Todas las confesiones religiosas que se practican en España "van en la primera clase del tren, pero de ese tren de diez vagones, ocho van ocupados por los católicos".

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