_
_
_
_
_
CATÁSTROFE EN EE UU | Evacuaciones

Españoles al rescate en Misisipi

Logística. Ésa es la palabra que el lunes arrastró a cinco españoles de Cruz Roja hasta la costa del golfo de Misisipi. Ante la magnitud del desastre provocado por el huracán Katrina, ser capaz de organizar el caos es un conocimiento que no tiene precio. E incluso esta organización, célebre por su capacidad de gestión ante catástrofes humanitarias, se ha visto desbordada por los acontecimientos y ha tenido que lanzar una llamada de emergencia solicitando ayuda entre los voluntarios internacionales más experimentados, a la que han acudido Iñigo Vila, Begoña Dean, Ricardo Estupiñán, Juanjo del Pozo y Carlos Lobo. ¿Su misión? Gestionar y centralizar durante las próximas tres semanas los sistemas de almacenamiento y distribución de donaciones de Cruz Roja en Misisipi y Alabama, donde hasta ahora no existía un centro neurálgico desde el que se coordinara ese trabajo.

Ricardo, un canario de 33 años que con su permanente buen humor mantiene al grupo sonriente, nunca se imaginó que su primera misión de emergencia con Cruz Roja le llevaría hasta Estados Unidos. "Es una sensación muy extraña. Siempre piensas que te enviarán a un país pobre y olvidado, que es donde suelen pasar estas cosas, pero no importa, las víctimas son iguales en todas partes y yo estoy como loco por ayudar".

En realidad, el grupo dirigido por Iñigo Vila ya ha hecho mucho: en menos de dos días han sido capaces de encontrar un almacén abandonado de 20.000 metros cuadrados en Gulfport hacia el que ayer se dirigían 40 camiones cargados de ayuda humanitaria. "Era una necesidad inmediata, ya que toda la ayuda estaba repartida por la costa en almacenes pequeños de forma algo caótica y no había un lugar desde el que se gestionara toda la distribución", explica Iñigo, un madrileño de 33 años que en los últimos siete años ha sido testigo de casi todos los desastres humanitarios del planeta, incluido el tsunami. "Esto se parece mucho al tsunami, pero hay una diferencia esencial de cara a nuestro trabajo: aquí organizar la logística es mucho más fácil porque hay muchísimos medios a nuestra disposición. Ya hay una logística sobre la que apoyarse. En la costa asiática no había nada. Aquí hemos venido prácticamente con lo puesto, un par de teléfonos y unos ordenadores. Allí hubo que llevárselo todo", dice Iñigo. Sólo tiene una queja: "Nosotros le prestamos la misma atención a todas las catástrofes. Lo malo es que la prensa no. Ahora toda la atención está centrada sobre Estados Unidos. Pero ¿por qué nadie se acuerda de que sigue habiendo una crisis alimentaria en África?".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_