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Desde el Pacífico
Columna
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Un oráculo que no promete tanto

EL FUTURO DE ORACLE resulta difícil de descifrar. Las ruidosas adquisiciones de los últimos meses ilustran más la existencia de recursos que la capacidad de adaptarse a realidades nuevas. Así lo ven respetados analistas y así se sentía al visitar la gigantesca exposición Oracle Open World que tuvo lugar en San Francisco del 19 al 22 de septiembre.

Los recursos son innegables. Oracle sigue siendo el mayor vendedor del mundo de programas para empresas. La compañía vale 15.000 millones de dólares. Ellison quiere que alcance el doble en cuestión de años mientras preserve márgenes operativos de 40%, lo cual, según sus palabras podría ser peliagudo.

Más de 10.000 personas hicieron cola para escuchar al jefe y más de 35.000 viajaron hasta San Francisco para visitar la exposición. Las cifras, sin embargo, no dicen todo. El ambiente, a pesar de la música electrónica, a veces virulenta, carecía de relieve. Los negocios se hacían a escondidas, como se debe, pero los expositores parecían querer divertir o sorprender más que convencer.

El éxito de Oracle con sus compras no está claro: "No es cuestión de calidad de su base de datos, es que desde hace años el mercado se ha saturado".
Oracle vale 15.000 millones de dólares. Larry Ellison quiere que alcance el doble en cuestión de años, mientras preserve márgenes operativos de un 40%.
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Tal era, la apuesta de un señor quien, después de haber llamado la atención de los visitantes con maromas sobre un monociclo, bajó para explicar con la mayor serenidad del mundo que su empresa permite migrar de Unix a Windows. Improbable lógica.

Charles Cooper, cronista y bloguero de C|net criticó la falta de imaginación de las presentaciones cuyo eslogan más frecuente parecía ser "vamos hacia adelante". "¿Acaso piensan que el público espera aprender como ir hacia atrás?", escribe.

En esas circunstancias poco propicias, el discurso de Ellison, jefe de Oracle, fue poco interesante. Bill Gates es siempre aburrido (pero difícil de ignorar), Steve Jobs es siempre arrogante (pero tiene ideas), Scott McNealy, patrón de Sun, dejó de ser divertido con sus chistes contra Microsoft, pero se ve buena persona.

Era el quinto hombre más rico del planeta (según Forbes) antes que empezara la conferencia. Pero las acciones de Oracle bajaron en un 8% después de su presentación y del anuncio paralelo de mediocres resultados. Perdió puntos en esta competencia que tanto le importa.

Trató de tranquilizar a quienes están preocupados por sus recientes adquisiciones (diez en nueve meses, de PeopleSoft a Siebel, por un total de unos 20.000 millones de dólares). Prometió hacer hincapié durante los próximos 24 meses sobre desarrollo de middleware y de aplicaciones de servicios para aumentar la competitividad de su empresa.

Lo más interesante, talvez, sea su insistencia en hacer de los estándares abiertos una piedra de toque del desarrollo futuro de Oracle. Ellison dijo contemplar seriamente la posibilidad de hacer que su nuevo "proyecto Fusión" pueda funcionar con otras bases de datos. Es necesario, si se tiene en cuenta que muchos de los clientes de las empresas recientemente adquiridas utilizan productos de la competencia como DB2 de IBM. Pero podría ser difícil en la medida en que las bases de datos representan el 80% de los ingresos de la empresa.

Otros ejes del desarrollo durante los dos próximos años son el "grid computing", la automatización de las bases de datos, la seguridad y la inteligencia de negocios.

Las promesas no fueron suficientes. Brent Thill, analista del Prudential Equity Group, declaró en una nota a sus clientes, citada por MarketWatch.com, que "la integración exitosa de las diez adquisiciones del año pasado y que ahí repitan los ingresos que tienen ahora con la bases de datos y el middleware va a ser un proceso largo". Aun cuando Oracle lograra digerir todas esas empresas recién adquiridas, algunos dudan de su éxito a largo plazo. "No es una cuestión de calidad de sus bases de datos, es que desde hace unos años este mercado se ha saturado," declaró Dan Wallen, presidente de la empresa de inversiones H20.

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