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LA OBESIDAD INFANTIL

Adelgazar en grupo

"Yo ya sabía qué hacer para perder peso, pero sólo cuando dejé de sentirme sola comencé a hacerlo", dice Cristina [nombre supuesto]. Tiene 17 años, mide 1,60 y pesa 94 kilos. Asiste a la que, según los organizadores, es la primera terapia de grupo para menores contra la obesidad. Ocurre en la Fundación Hospital Alcorcón, en Madrid. En un año,Cristina ha bajado 12 kilos.

El jefe de Pediatría y Neonatología y responsable del programa, Bartolomé Bonet, cuenta que apostó por este tipo de terapia porque "el tratamiento individual era frustrante y tenía poco éxito". Los chicos se encuentran con otros que tienen el mismo problema y "no se sienten bichos raros". El objetivo no es sólo que estén más sanos y mejoren su estilo de vida, sino que "no estén amargados y se sientan contentos con ellos mismos".

La sesión consiste en 10 ó 20 minutos de consejos "los mismos que se dan en una consulta, pero de una forma más distendida", dice el médico. Por ejemplo, se les recomienda que en el cine no coman pipas y refrescos, sino una bebida baja en calorías y palomitas. "No se trata de restringir nada, además la sal de las palomitas la eliminan tomando agua".

El resto del tiempo se destina a actividades más entretenidas. Se pesa a cada uno de los chicos para ver cuánto han bajado desde la sesión anterior, un mes atrás. Después los pequeños se aconsejan, elaboran menús y hablan de las novedades en su vida diaria. "Yo antes tomaba el autobús para ir a la escuela y ahora voy caminando", cuenta Cristina.

Unos 75 niños y adolescentes acuden una hora al mes, en cinco grupos de unos 15 chicos, en el caso de los adolescentes divididos según su sexo. Los más pequeños van con sus padres.

El médico asegura que ha sido "bastante efectivo en los niños", pues un 70% ha bajado de peso. Sin embargo, sólo un 40% de niñas lo logra. Las chicas "tienen un problema añadido en la pubertad: que las hormonas no les ayudan", dice Bonet. El reto de sus pacientes es muy difícil, pero el paso más importante es que dejen de ser sedentarios. "Intentamos animarlos a que hagan cualquier ejercicio que les divierta y que suden", lo ideal sería una hora al día. Para que los chicos sean aceptados en el programa deben de tener un problema grave de obesidad.

La mayoría de los más pequeños no tienen otra enfermedad, aunque sí indicios de desarrollar diabetes tipo dos (la del adulto), que está íntimamente relacionada. "Un 3 ó 4% de los mayores de 12 años ya la padecen", dice Bonet. Sólo con adelgazar podrían curarse. De las niñas hasta un 40% tiene problemas en la menstruación o exceso de vello sexual.

Cristina está enferma de tiroides, pero aún así ha bajado casi 12 kilos gradualmente. Al que pierda más de dos al mes se le penaliza. En cada grupo se financia un premio con dos euros mensuales, que lo gana "el que haga más acciones buenas" para perder peso.

En el año que lleva funcionando el programa se ha dado de alta a tres chicos de los 75. "Pero antes no podíamos considerar curado a ninguno, y además en el resto se ven resultados progresivamente", dice Bonet. Cristina está encantada. "Antes iba al médico una vez cada cuatro meses y no sentía tanto control". Está más segura de que logrará perder todo lo que le sobra. "Al principio me costaba mucho, pero me he acostumbrado a comer menos y a hacer ejercicio".

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