La CEOE entra de lleno en el debate

La patronal CEOE entró ayer de lleno en el debate educativo. Pidieron un modelo de financiación que atienda con "suficiencia" los conciertos educativos, es decir, que la financiación pública soporte los gastos de estos centros por completo. Además solicitan que se "abran nuevas vías financieras que repercutan directamente en las familias" con el fin de aumentar su capacidad de elección y de propiciar una mayor competitividad.

Lo que pretende la ley es, precisamente, todo lo contrario, puesto que prohíbe a estos centros, financiados con dinero público, que cobren una cuota a las familias. Para las organizaciones de izquierda esto es una forma de seleccionar a los alumnos, porque las familias sin recursos no podrán pagar esta cuota.

A la patronal le molesta también que los estudiantes tengan reconocido el derecho a la huelga en la nueva ley.

Y se preocupa por los contenidos mínimos comunes que han de estudiar todos los niños para que esto no suponga un problema si se estudia en una u otra comunidad autónoma.

Por otro lado, la CEOE dice que el hecho de que los centros privados se financien con dinero público no debe implicar un menoscabo del carácter ni del proyecto propios del centro, lo que se llama ideario. Sin embargo, lo que la ley establece es que todos los centros sostenidos con fondos públicos deberán atender con los mismos criterios la demanda escolar que se produzca. "La matriculación de un alumno en un centro público o privado concertado supondrá respetar su proyecto educativo, sin que la adhesión al mismo pueda exigirse como requisito de admisión", dice la ley.

Si se pide la adhesión al ideario, ¿podrían los inmigrantes musulmanes matricularse en centros concertados católicos?