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"Sacar la Biblia y el Génesis fuera del debate"

Javier Sampedro

La respuesta del Instituto Discovery, cuartel general del nuevo creacionismo, a la sentencia del juez John Jones III contra la enseñanza del diseño inteligente en el distrito de Dover (Pensilvania) ilustra a la perfección la estrategia relativamente sutil de este movimiento. Uno de los portavoces más destacados del instituto rechazó ayer el dictamen del juez Jones porque se basa en la "percepción errónea" de que el diseño inteligente es una explicación sobrenatural, "cuando está claro que no lo es". Pero entonces, ¿de qué estamos hablando?

El diseño inteligente pretende triunfar allí donde fracasó el creacionismo presentándose como una mera crítica científica a la teoría de la evolución de Darwin, que es uno de los fundamentos de la biología moderna. Se trata de una estrategia muy bien calculada por el inventor del movimiento, el profesor de Derecho Phillip Johnson, ya retirado de la Universidad de California en Berkeley, que definió así el truco: "Para ganar hay que sacar la Biblia y el Génesis fuera del debate, y formular los argumentos de modo que suenen aceptables en el mundo académico".

El Instituto Discovery, que está constituido por cristianos conservadores y cuenta con cuatro millones de dólares anuales para "derribar no sólo el darwinismo, sino también su legado cultural, se apoya en científicos cristianos como Michael Behe, autor de La caja negra de Darwin, un libro que pretende inferir la existencia de un "diseñador inteligente" a partir de la complejidad de los sistemas biológicos.

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