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Reportaje:

Márgenes estrechos para la banda ancha

La feroz competencia, la regulación y el dominio de Telefónica hacen difícil rentabilizar el negocio del ADSL

El acceso a Internet de calidad, ya sea por el sistema ADSL o por cable, está convirtiéndose en la principal fuente de ingresos de las operadoras de telefonía fija. Más de 120.000 españoles solicitan al mes una línea de ADSL. Pero la excesiva competencia, el dominio de Telefónica y una regulación que no satisface a nadie, hace difícil rentabilizar el negocio.

La batalla que se está desarrollando ahora es el 'triple-play', la venta de paquetes de llamadas, acceso ADSL y televisión
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Todos coinciden en que si hay una posibilidad de negocio en telefonía fija sólo puede estar en la conexión a Internet y, en particular, en el acceso de calidad por banda ancha. Y es que las llamadas ya no son rentables si se hacen desde un teléfono fijo, aunque sean una mina de oro para las operadoras de móviles. Pero la banda ancha, pese a ser un negocio emergente, está lejos de tener los márgenes de la telefonía móvil. La feroz competencia, una dependencia asfixiante de la regulación y la asimetría del mercado por el dominio de Telefónica constringen el negocio.

En total, hay más de 4,78 millones de accesos de banda ancha (con datos de noviembre pasado). De ellos, 1.020.000 pertenecen al cable, y 3.757.067 son conexiones de ADSL, una tecnología que utiliza la línea convencional para dar acceso a Internet. Sólo en el último año, más de un millón de usuarios han optado por el ADSL para conectarse a Internet. Del total de ingresos por banda ancha, Telefónica posee el 61,7% de cuota de mercado (informe de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones correspondiente al primer trimestre), el 20% lo controlan los operadores de cable y el resto los reparten los proveedores de servicios de Internet (ISPs) por ADSL.

Con este escenario es difícil aventurar una previsión sobre la rentabilidad del ADSL. "En este momento, las empresas están en fase de inversión, como corresponde a un modelo de negocio a largo plazo. Pero se trata de una apuesta arriesgada y que implica muchos recursos, tanto humanos como financieros", señala Lionel Fernández, director general de Astel, la patronal que agrupa a los competidores de Telefónica.

El grupo que preside César Alierta, que es propietario del 90% de las líneas que luego alquila como mayorista a sus competidores, ha centrado su negocio de telefonía fija en el ADSL. Los ingresos por servicios de banda ancha crecieron un 29% en el último año (septiembre 2004-septiembre 2005) y ya representan el 16,6% del total, mientras que los ingresos por llamadas cayeron un 0,9%. La operadora presume, frente a sus rivales que "canibalizan su red", de haber invertido 1.000 millones de euros este año para extender el ADSL. Telefónica de España, la filial que explota el negocio y que ha asumido a Terra, es la única que reconoce abiertamente su rentabilidad.

Wanadoo, la filial de France Telecom en España, declara 528.000 líneas (a finales de septiembre), señala que quiere dejar de ser dependiente de Telefónica y construir una infraestructura propia "La rentabilidad del negocio está supeditada al despliegue de red propia, un despliegue que France Telecom (FT) comenzó hace más de tres años, y que hoy por hoy cubre más del 50% de los hogares y empresas españolas. El desarrollo de red propia, si bien penaliza la rentabilidad en el corto plazo, implica no sólo compromiso de permanencia en el mercado, sino también y fundamentalmente capacidad para innovar y desarrollar productos con valor añadido diferencial respecto a las ofertas basadas en la mera reventa de los servicios mayoristas del operador dominante", indica Juan Vindel, director de área de mercado residencial de FT España.

Jazztel dice tener 185.000 clientes (a cierre de septiembre). Pese a que la operadora registró unas pérdidas netas de 49,8 millones de euros en el tercer trimestre, triplicando las registradas en el mismo periodo del ejercicio precedente, considera que el ADSL es rentable. No obstante, reconoce que tiene altos costes de captación de clientes y que la rentabilidad "depende muchísimo en España de la actitud del operador dominante y del cumplimiento de la legislación vigente", según fuentes de la empresa.

En plena guerra comercial

Ya.com, filial de la alemana T-Online de Deutsche Telekom, no da ninguna cifra oficial, pero se estima que posee 250.000 clientes. Su matriz dice que invertirá 1.000 millones en tres años en Francia y España, donde ha comprado Albura. La sueca Tele2, que ha comprado Comunitel, tampoco ofrece cifras.

Pese a que la rentabilidad no esté muy clara, sobre todo si se compara con la de la telefonía móvil (las tres operadoras están en beneficios y ganan en conjunto más de 2.500 millones de euros al año), las compañías que ofrecen ADSL están enfrascadas en una guerra comercial sin parangón.

Como Telefónica controla la red, que heredó en su condición de ex monopolio, también lleva la iniciativa comercial. La operadora desató las hostilidades hace dos años cuando decidió la duplicación gratuita de la velocidad de acceso. La medida obligó a ISPs a reaccionar, aunque el esfuerzo se vio parcialmente compensado porque la CMT obligó a Telefónica a replicar esa medida para los competidores que le alquilan la red.

Apenas hace un año, los rivales de Telefónica lanzaron una contraofensiva: la comercialización conjunta de acceso a Internet y de llamadas de voz (nacionales) bajo un modelo de tarifa plana, en la que no pudo entrar Telefónica por que se lo impidió el regulador.

La tercera batalla de esta guerra se está desarrollando ahora: el triple-play, la venta de paquetes conjuntos de llamadas de teléfono, acceso a Internet de banda ancha y televisión de pago. Un servicio que, desde el comienzo de sus operaciones, ofrecen los operadores de cable (Ono, Euskaltel, Telecable y R) y al que ahora se suman los ISPp, gracias a la tecnología más avanzada ADSL2+, con velocidad de 20 Megabits por segundo.

Jazztel ha sido el más agresivo comercialmente con el lanzamiento de Jazztelia TV, aunque sólo en un proyecto piloto para Zaragoza y Torrejón de Ardoz (Madrid), que progresivamente se irá ampliando al resto de ciudades españolas. Wanadoo dice que contará en "breve" con una "novedosa oferta de televisión por ADSL". Ya.com y Tele2 también tienen proyectos en marcha de mano de sus matrices..

Pero en este caso van a tener menos suerte, porque la CMT ha sido benévola con Telefónica, y en noviembre le ha autorizado a comercializar ADSL2+ sin necesidad de ofrecer a sus competidores una oferta mayorista similar. La operadora dominante ya vende sus paquetes Dúo, que incluye ADSL y llamadas (nacionales, provinciales y metropolitanas) y el Trío, que suma a las anteriores la oferta de televisión Imagenio, y que en apenas un año ha conseguido 200.000 abonados. En conjunto, los Dúo y Tríos han superado los 700.000 abonados.

En el Triple Play, Telefónica juega con ventaja una vez más por su red propia. Pronto estará en disposición de llevar la tecnología ADSL+2 a cuatro millones de hogares en las 140 ciudades con más habitantes.

Pero pese a la competencia, el negocio del ADSL está íntimamente ligado a la regulación. La CMT regula las tarifas mayoristas que debe cobrar Telefónica a los ISPs, las condiciones de acceso a sus centralitas para la desagregación del bucle, y dirime, en primera instancia, los incontables conflictos entre operadores.

Según los operadores alternativos, Telefónica no está cumpliendo con los plazos que comunica, lo que origina que el cliente se quede sin servicio telefónico, desconfíe del procedimiento y quiera rescatar su antigua línea. Luego viene el problema de los costes. Cuando un operador quiere instalarse en la central de Telefónica, en la modalidad compartida, precisan una inversión mínima oscila entre 8.700 y 16.000 euros, además de abonar otros costes por cliente (alta del servicio, baja del servicio, cuota mensual y coste de preselección) de 76 euros. En la modalidad de completamente desagregado, los costes por clientes ascienden a 86 euros.

Desde la otra parte, se estima que la OBA permite un margen comercial asegurado para los operadores alternativos de hasta el 60%, lo que desincentiva la inversión en red propia o una atencíón al cliente.

"Debido al entorno regulatorio, Telefónica disfruta de mayor libertad comercial que ningún otro operador dominante europeo, lo que le permite empaquetar servicios y gozar de mayor libertad de precios", indica Juan Vindel de FT. Según sus datos, Telefónica tiene una cuota del 69% del mercado de ADSL; British Telecom cuenta con un 34% en el Reino Unido; KPN el 56% en Holanda y France Telecom un 48%.

Postura de Astel

Astel tiene un criterio aún más crítico con el comportamiento de Telefónica. "La permanente actitud obstaculizadora del proceso de competencia por parte del dominante es ahora mucho más soterrada y silenciosa que en los inicios de la liberalización, y se concreta en el mercado de Banda Ancha (ADSL) con la aplicación de constantes promociones y descuentos en el mercado minorista que podrían calificarse de anticompetitivos o el incumplimiento permanente de los plazos en el proceso de desagregación del bucle", dice Lionel Fernández.

Telefónica se defiende acusando, a su vez, a sus rivales de hacerles peticiones desmesuradas de desagregación de bucle que luego realmente no quieren o no pueden comercializar. El operador dominante señala que el único objeto de esas peticiones es dañarles comercialmente y provocar las sanciones de la CMT, que ha abierto más de cincuenta procedimientos sancionadores contra Telefónica.

En este caso, el regulador se ha puesto de parte de los alternativos. La resolución 2005/511 del 27 de octubre de la CMT desestima la petición de Telefónica de que se le exima de penalizaciones por los retrasos, al constatar que el operador dominante "ha venido superando los plazos máximos de los servicios, con lo que no tiene sentido hablar de una situación de contingencia por exceso de peticiones sino más bien por falta de dedicación de recursos".

Desde Tele2, se insiste en la necesidad de aplicar medidas para permitir que los operadores alternativos compitan en igualdad de condiciones en la línea del marco normativo de las comunicaciones electrónicas de la Unión Europea, en vigor desde julio 2004. Así, pide la implantación de la factura única (es decir, que Telefónica no siga facturando la cuota de abono), impedir que los operadores incumbentes realicen un empaquetamiento anticompetitivo de productos.

La batalla ya se ha trasladado a los tribunales. Jazztel ha presentado una batería de denuncias contra Telefónica, y ha sido denunciado a su vez por Ya.com.

Más de 120.000 españoles solicitan cada mes una línea ADSL.
Más de 120.000 españoles solicitan cada mes una línea ADSL.LUIS ALBERTO GARCÍA

La costosa desagregación del bucle

Telefónica tiene prácticamente el monopolio mayorista del ADSL, que comercializa directamente unas líneas y el resto las alquila a sus competidores, con precios regulados. Estas operadoras revenden, a su vez, el servicio a sus clientes.

Pero para los que no quieran actuar directamente como revendedores, el modelo de competencia española permite además la llamada desagregación, por el que el operador se instala en la central de Telefónica, accediendo al último tramo de la línea que llega a casa del abonado (llamado bucle local). La desagregación puede ser compartida (se alquila el bucle para dar ADSL pero no llamadas de voz) o completa (se ofrece todo el servicio). Actualmente hay 409.519 bucles desagregados.

Para la desagregación, los operadores tienen que instalar en la central sus propios equipos, desconectar el cable del equipo de Telefónica y conectarlo en el suyo. Para todas estas actuaciones se pagan unas cuotas a Telefónica, tanto en una como en otra modalidad, que depende, además, de si las centrales son conectadas con fibra propia o son conectadas con líneas alquiladas a Telefónica. Las condiciones de acceso a la central, tanto en plazos como en precios, son reguladas por la CMT, mediante la llamada Oferta de Bucle de Abonado (OBA).

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