Zapatero consultará al Congreso antes del verano si el alto el fuego de ETA es total

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cumpliendo su compromiso, acudirá al Congreso de los Diputados "antes del verano" para iniciar el diálogo tras la declaración de alto el fuego por ETA. El propio Zapatero anunció ayer ese calendario, condicionado a la comprobación de que el cese de la violencia sea total, es decir, que se extienda al llamado impuesto revolucionario y a la kale borroka. Zapatero instó además al lehendakari, Juan José Ibarretxe, a respetar "los tiempos" que marque el Gobierno en este tema.

El Ejecutivo no precisa de ningún nuevo comunicado de la banda para calibrar el alcance de su anuncio del pasado miércoles, ni lo espera, ya que, según señaló el presidente, "tiene, naturalmente, medios suficientes para verificar lo que representa el alto el fuego permanente, para tener la certidumbre de que ese alto el fuego permanente es la antesala del alto el fuego definitivo". "Y si se dan las condiciones, si la verificación es positiva, compareceré en el Parlamento antes del verano", añadió.

El Congreso aprobó el pasado 17 de mayo, a instancias del propio Gobierno y con la única oposición del PP, una resolución en la que se especificaba que se apoyarían procesos de diálogo con ETA a condición de que existieran garantías del cese de la violencia. Zapatero se comprometió a comparecer en el Parlamento cuando esto se produjera.

A partir de ahí, habría que canalizar el diálogo. El método más comentado, por lógica y porque responde al modelo seguido en Irlanda del Norte, es la creación de dos mesas separadas: una para lo relativo a las armas y a la situación de los presos, entre el Gobierno y el grupo terrorista, y otra, entre partidos, para los temas políticos.

Ibarretxe ha iniciado ya consultas para constituir rápidamente una mesa política, fuera del Parlamento, que incluya a todos los partidos vascos. Ayer dijo que esperaba hacerlo "después del verano".

Confrontado con esa declaración, durante la conferencia de prensa que siguió al Consejo Europeo celebrado en Bruselas, Zapatero pareció aproximarse al planteamiento de la doble mesa, porque dijo: "La violencia y la política no pueden estar en el mismo espacio. Cada una tiene el suyo. El final de la violencia tiene su espacio, y la política también".

Sí quiso atajar, en cambio, las intenciones del lehendakari de dirigir un proceso político que el propio Ibarretxe trata de capitalizar como catalizador para resucitar su plan soberanista. "Comprendo que hay un infinito deseo de los españoles de que las cosas se hagan lo antes posible, pero, para responder bien, necesitamos tiempo. Y tengo la confianza de que las fuerzas políticas, el Gobierno vasco y la sociedad española van a cooperar para que se cumplan los tiempos que tienen que ser marcados por el Gobierno", señaló el presidente, para dejar claro que sólo a él le corresponde la iniciativa.

Zapatero recordó que la próxima semana, tras entrevistarse con Mariano Rajoy, tiene previsto recibir a Ibarretxe en La Moncloa. Confirmó que, en el encuentro, se hablará "de la cooperación necesaria para que este proceso termine como todos deseamos" y explicó que, en relación con "la nueva situación política abierta" por el alto el fuego, recomendará a su interlocutor "calma, prudencia, serenidad, dar tiempo al tiempo".

Un tercer elemento a definir es el futuro de Batasuna, representante natural de los radicales que han apoyado a ETA, pero incapacitada para el diálogo por su condición de partido ilegalizado al amparo de las leyes antiterroristas. El presidente no respondió a la pregunta de cuándo prevé que se levante esa incapacitación y se pida a la UE que saque al partido vasco de su lista de organizaciones terroristas. Pero sí dejo claro que Batasuna sólo se reincorporará a la normalidad política si se aparta de la violencia.

"Es evidente que, para estar en la legalidad, cualquier organización o fuerza política necesita dejar atrás, olvidar la violencia. Ése es el esquema de la ley y la razón. Para volver a la ley, hay que respetar la ley. Todos los españoles desean que se haga política con la razón, con la palabra. Luego, la democracia tiene siempre esa enorme fuerza integradora. Nuestro país ha demostrado siempre una enorme capacidad de mirar adelante. Lo hizo en la transición y lo hará con todos los ciudadanos que de verdad quieran cumplir con la ley y la palabra", declaró.

El presidente no quiso entrar a valorar la instrucción del fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, para que los magistrados aprecien las circunstancias derivadas del alto el fuego, ni tampoco el impacto del probable encarcelamiento de Arnaldo Otegi sobre el proceso que se inicia. "Siempre he mantenido un escrupuloso respeto hacia jueces y fiscales", fue su respuesta.