Cinco activistas y una niña mueren en un ataque de la aviación israelí
La aviación israelí mató anoche a cinco activistas de los Comités de Resistencia Popular, un grupo palestino compuesto por milicianos de varias facciones armadas, que viajaban en un vehículo en las inmediaciones de un campo de entrenamiento militar cerca de la ciudad de Rafah, en el sur de la franja de Gaza. La hija de siete años de uno de los ocupantes del coche pereció despedazada, según fuentes hospitalarias citadas por Reuters. Otros medios señalaron que también había perdido la vida un segundo niño. Al menos 12 personas más resultaron heridas por los tres misiles lanzados por un helicóptero, aunque algunos testigos apuntaron que se trataba de un avión sin tripulación.
Una de las víctimas del ataque aéreo es Iyad Abu Al Ein, uno de los principales comandantes del citado grupo armado. Un portavoz del Ejército israelí aseguró que "el vehículo estaba saliendo de una base de entrenamiento en la que se adiestran con armamento". En cualquier caso, la muerte de transeúntes ajenos a la actividad de las facciones armadas palestinas es frecuente en este tipo de ataques. Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente Mahmud Abbas, exigió a Israel "que detenga inmediatamente las agresiones" y pidió, por enésima vez, la ayuda de la comunidad internacional. El brazo armado de Hamás, que no ha perpetrado ataques desde hace 14 meses, prometió ayer que en los próximos días vengará el ataque.
Más de 1.000 proyectiles ha disparado la artillería israelí durante los últimos seis días sobre el norte de la franja de Gaza. Es su represalia por el lanzamiento de algunos cohetes Kassam sobre suelo de Israel que no han causado daños. Cazas y helicópteros destrozaron ayer con misiles el helipuerto de un recinto presidencial y dos sedes de Al Fatah, el partido del presidente Abbas.
