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El control de la energía en Bolivia

Lula y Evo acuerdan reunirse en los próximos días

Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Bolivia, Evo Morales, acordaron ayer reunirse "en los próximos días" para discutir el alcance de la nacionalización de los hidrocarburos en el país andino. La empresa más afectada es la estatal brasileña Petrobras.

En un comunicado, el Gobierno brasileño explicó que ambos presidentes conversaron telefónicamente y que Evo Morales dio garantías de que el suministro de gas boliviano a Brasil no se verá afectado. El Gobierno de Lula reconoce la "soberanía" de la decisión, pero subraya que actuará "con firmeza y tranquilidad en todos los foros" para "preservar los intereses de Petrobras".

La reacción inicial del Gobierno brasileño y de Petrobras fue de sorpresa y preocupación. Para hacer aún más delicada la situación brasileña, el decreto fue anunciado en uno de los campos de Petrobras en Bolivia. Lula estuvo ayer reunido con Sergio Gabrielli, presidente de Petrobras, un militante del gubernamental Partido de los Trabajadores, y con varios ministros sin que trascendiera ninguna medida concreta.

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"Situaciones dramáticas"

El día anterior, Gabrielli había dicho que la decisión anunciada por Morales era una medida "unilateral", "no amistosa", y que puede llevar a "situaciones dramáticas". Prometió, además, una "fuerte reacción" de la empresa estatal.

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El panorama de la crisis es más amplio. Primero, por el peso de la presencia de Petrobras en Bolivia y las inversiones realizadas en aquel país. La estatal brasileña es la mayor empresa boliviana. Las inversiones suman, incluidas las destinadas a la construcción de un gasoducto, alrededor de 2.770 millones de euros en los últimos 10 años.

Lo que Petrobras produce en Bolivia corresponde al 15% del producto interior bruto boliviano; la empresa brasileña paga el 20% de todos los impuestos que se recaudan en el Estado boliviano; además, Petrobras extrae y exporta el 70% del total de gas que Bolivia envía a Argentina y Brasil. Y, finalmente, la empresa brasileña es el conducto que asegura el 51% del gas consumido por los brasileños. En São Paulo, principal economía y mayor centro industrial de Suramérica, el 75% del gas consumido proviene de Bolivia; es decir, de Petrobras, instalada en aquel país.

Más allá del petróleo y del gas, la misma presencia brasileña en Bolivia está bajo jaque. En las llanuras del sur boliviano, el 15% de las tierras pertenece a agricultores brasileños, que se dicen responsables de alrededor de 30% del total de la soja producida en el país.

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