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Fútbol | El Barça revalida el título

Alirón en el vestuario

Àngels Piñol

El capricho del reloj robó las escenas de alegría, los botes, los saltos y los primeros abrazos. Las manecillas quisieron que el Barça festejara su segunda Liga en la intimidad de las cuatro paredes del vestuario visitante. La primera parte en Balaídos acabó justo dos minutos antes que el partido en Son Moix, donde el Valencia perdió y tiró la toalla de una batalla que sabía perdida. Entonces el espectacular movimiento de cámaras, fotógrafos y micrófonos tras el fondo de una portería no dejó lugar a dudas: el Barça era campeón. Pero ningún azulgrana, camino del vestuario, se detuvo ante la nube de periodistas. Y menos Frank Rijkaard, que, con elegancia pero sin apenas contener una sonrisa, dijo que no se podía celebrar nada porque había un partido en juego.

En el palco, mientras, corría la euforia. "Estamos muy felices: esto es un premio al trabajo bien hecho y al espectáculo. Revalidar la Liga era lo más importante por lo que supone de constancia, el premio al esfuerzo y al trabajo diario. Ahora podremos afrontar la final de París con más tranquilidad", afirmó Joan Laporta, el presidente azulgrana, que en tres años ya ha ganado dos Ligas y está en una final de la Liga de Campeones.

Cuando los azulgrana regresaron al césped tras el descanso, el público de Balaídos ofreció un pequeño y emotivo homenaje al Barça con un largo y cálido aplauso. Ronaldinho se abrazó a Gio y aplaudió. Eto'o dirigió la mirada a los hinchas azulgrana y aplaudió. Nada más. El partido se reanudaba. "Ser campeón en el descanso es un poco raro. Ha habido mucha emoción y alegría en el vestuario", reveló Ezquerro. "Ahora hay que competir por el pichichi y por el Zamora, por Eto'o y por Valdés". Diez minutos después marcó Eto'o (25 goles frente a 23 de Villa).

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