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Reportaje:Fútbol | 37ª jornada de Liga

"Ha sido una delicia"

Del Bosque y Hierro reflexionan sobre lo que han significado los cinco años de Zidane en el Madrid

Diego Torres

El 6 de diciembre de 1995, durante un partido de Copa de la UEFA en el Benito Villamarín, un jugador del Burdeos y otro del Betis saltaron por un balón llovido en el medio del campo. La pelota salió despedida. Como en la ruleta, cayó en el casillero de un tercer hombre: Zidane. El francés estaba a 40 metros de la portería pero no vaciló. "La pelota cayó justo delante de mí y botó", recuerda. "Y tuve la impresión de que tenía tiempo para hacer de todo. Mucho tiempo". Armó su pierna menos buena, la zurda, y ejecutó una vaselina gigante y bella que se coló entre el larguero y los guantes de Pedro Jaro. La jugada duró cuatro segundos. El tiempo se acaba. La vida de los genios no es más larga pero da para mucho. Ayer Zidane jugó su último partido en casa y el Bernabéu le dedicó un homenaje de despedida. Sustituido un minuto antes del final, esperó en el túnel de vestuarios para cambiarse la camiseta con Riquelme. Cuando el campo se despobló salió con la camiseta de tirantes a despedirse del público haciendo un gesto tímido con la mano. Casillas se le colgó del cuello para abrazarlo y darle un beso. Y Baptista, y Beckham, y Mejía, y el preparador físico Pau Alberti, y Raúl. Todos quisieron quedarse con un pequeño recuerdo de su piel y su emoción.

Sustituido a un minuto del final, esperó en la banda para cambiarse la camiseta con Riquelme
Casillas se le colgó del cuello, y Beckham y Raúl... todos quisieron un recuerdo de su piel
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Zidane se va con un detalle de maestro

"Árbitro no pites el final que Zidane se nos va", rezaba una pancarta. "Gracias Zizou por cinco años de magia", decía otra. Hubo un mosaico blanco y un retrato del héroe en el fondo sur. Kay Starr cantó My heart reminds me en clave de jazz por la megafonía. La gente gritó como gritaban los acólitos de Saint Denis: "¡Zizou!, ¡Zizou!, ¡Zizou!". El estadio se llenó por primera vez desde febrero. A un mes de cumplir los 34 años, Zidane decidió retirarse y mucha gente quiso acercarse a Chamartín para verle por última vez en acción. Entre ellos, los dos hijos de Vicente del Bosque, el entrenador que más apreció el astro en su paso por el Madrid.

"Yo creo", dijo ayer Del Bosque, "que Zidane no habría decidido retirarse si el equipo hubiera seguido ganando títulos. En el pensamiento de todos está que iba a seguir. En su contrato había otro año opcional... Pero es un hombre muy exigente, sobre todo consigo mismo. Perder le jodía mucho y no es de los que celebran marcar de penalti".

Cuando el presidente dimisionario, Florentino Pérez, decidió ficharle en el verano de 2001, Zidane se convirtió en el jugador más caro del mundo. El Juventus se embolsó 74 millones de euros. En sus primeros dos temporadas en el Madrid, el jugador ganó una Liga y una Copa de Europa. Como a Florentino Pérez aquel ritmo no le pareció suficientemente alto, en mayo de 2003 decidió prescindir de Del Bosque. Desde entonces Zidane lleva tres años de sequía. No volvió a levantar ningún trofeo. Con Del Bosque también se fue su confidente en el campo, Claude Makelele, traspasado al Chelsea.

"Es evidente que luego Zidane no ha tenido ese escudo que tenía con Makelele", comentó Del Bosque. "Era su hombre de confianza, el que le servía toda la comida. Cuando Makelele tenía el balón el primer destino de sus pases era Zidane aunque estuviera marcado".

"Cuando llegó", recuerda Del Bosque, "nos dijeron que prefería jugar con dos hombres por delante y dos por detrás para protegerle. Roberto Carlos nos dio la solución. Nos permitió darle libertad con dos por delante , dos por detrás y dos por la izquierda, que en realidad era uno: Roberto Carlos en su plenitud".

El capitán que recibió a Zidane fue Fernando Hierro. Su ex compañero le recuerda con el mismo afecto con que le han mencionado todos los que le han acompañado en estos cinco años como madridista: "Cuando llegó me encontré a una persona sencilla, humilde, trabajadora y profesional. ¡Es tan bonito de ver en un terreno de juego! Pertenece a esa clase de jugadores que no importa la camiseta que lleven: a todo el mundo le gusta. Ver las cosas que hacía en los entrenamientos era una delicia. Aseguraba que ocurrieran cosas diferentes en cada pachanga. Si tengo que destacar un gesto técnico elijo sus controles. Me encantaban. Le podías echar el balón como quisieras que lo controlaba con un toque y se lo ponía en disposición de jugar. Otros necesitaban cinco controles para acomodarse el mismo balón".

En el descanso del partido de ayer, el aparato publicitario madridista ya había dado por terminado el homenaje. El tiempo pasa rápido. Los pitos de los hinchas, la bronca contra el palco, fue ahogada por el anuncio trepidante de la tarjeta de crédito Real Madrid Banesto y los gritos ensordecedores de una salchicha de Oscar Mayer pidiendo que la devoren.

Casillas, Sergio Ramos y Raúl saludan a Zidane al final del partido.
Casillas, Sergio Ramos y Raúl saludan a Zidane al final del partido.EFERICARDO GUTIÉRREZ
Zidane se dispone a sacar de banda.
Zidane se dispone a sacar de banda.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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