También piden ayuda para vivir dignamente

Ramón Sampedro. Jorge León. Dos tetrapléjicos que llevaron hasta el final su deseo de morir. Pero ellos son sólo parte de la historia. Sus casos han reavivado los miedos y esperanzas de otras personas que viven en situaciones parecidas: inmóviles, con dolor. Algunos desesperados. Otros, con ganas de seguir y de luchar. Se calcula que en España hay más de 14.000 tetrapléjicos. Cada vez que una muerte como la de Jorge León se hace pública, a los que se encuentran en una situación similar les llueven las preguntas. ¿Quieres seguir así? ¿Cómo te gustaría que fuera tu final? La gran mayoría comprende la decisión que tomaron Sampedro y León, pero no todos estarían dispuestos a tomarla. Dos ejemplos son la periodista Ninoska Moral, de 30 años, y el vendedor de cupones Xosé Oxío, de 51. Ambos, tetrapléjicos; ambos quieren vivir. Pero cada uno tiene sus prioridades, esperanzas, preocupaciones y, sobre todo, reivindicaciones.

Ninoska Moral se quedó tetrapléjica de niña. Es la vida que conoce. Pero reclama mayor ayuda de los gobiernos para poder conducir su vida por donde ella quiere. Xosé Oxío tiene una malformación congénita. Es popular en Santiago de Compostela y apoya toda clase de causas.

Por otro lado, el debate ha llegado también a las asociaciones que luchan por una muerte digna. Algunos querrían hacer más de lo que hacen, pero se enfrentan a la legislación, que impide ayudar a una persona a suicidarse. Tienen claro que alguien debió ayudar a Jorge León a morir el pasado 4 de mayo. Para ellos, la ley actual ya permite solicitar -y conseguir- que un médico retire un tratamiento. Y un respirador lo es. Pero entonces, si la ley lo permitía, ¿por qué tuvo que recurrir el enfermero a una ayuda clandestina?