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El proceso para el fin de la violencia etarra

El ministro del Interior contesta a ETA que la paz no tiene precio político alguno

El Gobierno insiste en que el comunicado no varía los planes sobre el diálogo con los terroristas

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno, una vez conocido el comunicado de ETA, reclamó a la banda el abandono de la violencia y le emplazó a que "pierda toda esperanza de lograr sus objetivos políticos". Así lo señaló el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una breve comparecencia en el Congreso, al poco de conocerse el contenido del pronunciamiento de ETA. El ministro precisó que "la hoja de ruta" del Gobierno en este proceso de fin de la violencia está marcada por la resolución parlamentaria de mayo de 2005 que resumió en dos principios: "La paz no tiene precio político y el respeto al Estado de derecho".

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, conocieron la noticia de la publicación del comunicado de ETA mientras se encontraban en el Congreso de los Diputados siguiendo el debate sobre la Cumbre Europea del pasado jueves. Aunque tuvieron la tentación de guardar silencio, siguiendo la pauta habitual de "no responder a los comunicados de ETA", Zapatero y Rubalcaba decidieron dar una respuesta oficial para "aclarar la posición del Gobierno, hacer pedagogía ante la opinión pública y salir al paso de interpretaciones confusas o interesadas".

El Gobierno, tras un análisis pormenorizado del comunicado de ETA, no le concedió "especial relevancia". "Habrá otros comunicados como éste, del mismo modo que la pasada semana ya hubo uno sobre las exigencias de ETA a Francia, cuya relevancia fue escasa", señalaron fuentes gubernamentales.

Tampoco el Gobierno alterará sus planes por este comunicado y el presidente Rodríguez Zapatero mantiene su pretensión de acudir al pleno del Congreso la próxima semana para comunicar su decisión de abrir la fase del diálogo con ETA.

El Ejecutivo destacó, como cuestión primordial del texto, su tramo final, en el que ETA "se reafirma en su decisión de alto el fuego permanente" en vigor desde el 24 de marzo de 2006, a la que no pone ninguna condición ni plazo alguno.

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Sin embargo, no concedió "mayor importancia" al emplazamiento que ETA hace en el texto al Gobierno para que "pase de las palabras a los hechos, dando los pasos necesarios para garantizar que ninguna legislación, ordenamiento jurídico ni Constitución sea obstáculo o límite en el desarrollo de la decisión que mayoritariamente adopte el pueblo vasco".

Pero fue precisamente a este apartado y otro en el que ETA señala que con "la negociación y el acuerdo, Euskal Herria lograría unos mínimos democráticos con los que poder construir su futuro, recuperar su territorialidad y al responsabilidad plena de su soberanía" a los que el ministro del Interior respondió con más énfasis.

Rubalcaba quiso aclarar en su intervención de ayer en el Congreso que el Gobierno no tiene ningún compromiso político con ETA sobre el futuro de Euskadi. Por ello, insistió en que la hoja de ruta en este proceso de fin de la violencia viene marcada por la resolución parlamentaria de mayo de 2005, votada por todos los grupos parlamentarios, menos el PP.

Una resolución que, cuando se conoció, hace un año, fue valorada por la ilegalizada Batasuna que la interpretó como un avance en el proceso de paz, en la fase previa del alto el fuego del 22 de marzo. Rubalcaba, en su alocución de ayer casi leyó textualmente la primera parte de dicha resolución que dice que a ETA "sólo le queda un destino, disolverse y deponer las armas", así como su parte final, que señala que "la violencia no tiene precio político".

El ministro obvió otra clave de la resolución, que se desprende de la anterior y que dice que el Gobierno "se ajustará al principio político irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular".

El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, respondió, a su vez, al emplazamiento del dirigente del PP, Ignacio Astarloa, al Gobierno porque ETA, dice en su comunicado, que "las autoridades españolas deben adoptar y cumplir sus compromisos de alto el fuego, garantizando el cese total de la represión...".

Moraleda, tras rechazar que existan compromisos, dijo a Astarloa que "el único compromiso del Gobierno es lograr la paz" y, en referencia a la conducta del PP, añadió: "Lamentablemente, algunos representantes políticos no ayudan al Gobierno porque sólo entienden el ejercicio del poder y no el ejercicio de la responsabilidad consustancial a la lucha de los demócratas".

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