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Todos los grupos del Congreso piden el cierre de la prisión de Guantánamo

Llamazares califica la prisión de vergüenza y el PP compara la situación con la de Cuba

Carlos E. Cué

Los grupos parlamentarios del Congreso, últimamente enfrentados por casi todo, encontraron ayer un lugar para el consenso: el rechazo total a la prisión de Guantánamo, la base estadounidense en la isla de Cuba donde más de 700 presos detenidos por EE UU en su lucha contra el terrorismo permanecen en un limbo legal y sufren torturas de todo tipo.

La Comisión de Exteriores aprobó por unanimidad una proposición de IU-ICV, corregida ligeramente por el PP, en la que el Congreso "expresa su condena a los actos de tortura reiterados en la prisión extrajudicial de Guantánamo y, en consecuencia, pide el cierre de la misma y exige el respeto a la legalidad, al trato humanitario de los prisioneros y al respeto de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo".

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Esta resolución llega después de que, tras las múltiples críticas recibidas de otras instituciones, el presidente de EE UU, George Bush, anunciara que tiene intenciones de cerrar la prisión en cuanto sepa qué hacer con los presos.

Una vez asumida esta introducción, la Cámara insta al Gobierno a "adoptar en el marco de las relaciones bilaterales y multilaterales todas las iniciativas necesarias para solicitar al Gobierno de EE UU que proceda al cierre del centro de detención de la Bahía de Guantánamo, al respeto del derecho internacional, mediante la aplicación de la legislación humanitaria internacional a las personas retenidas, garantizando en el menor plazo de tiempo un juicio justo y público por un tribunal competente, independiente e imparcial".

Gaspar Llamazares, portavoz de IU-ICV, defendió la propuesta de su grupo para acabar con "una de las mayores vergüenzas de la humanidad, y de nuestro tiempo, como es Guantánamo". "No es posible ni el silencio de las fuerzas democráticas, ni la pasividad del Gobierno ante el mantenimiento de un auténtico limbo legal convertido en centro de torturas sujeto, incluso, a la pena de muerte de manera arbitraria".

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El diputado del PP Roberto Soravilla coincidió con Llamazares en el planteamiento de que Guantánamo es "insostenible", aunque pidió que eso no sirva para "deslegitimar" los logros de EE UU en la lucha contra el terrorismo internacional. Soravilla señaló, mirando al diputado de IU, que si Guantánamo es una vergüenza en el mundo democrático, "las prisiones de Cuba lo son en el no democrático".

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