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Dos salas y un pinsapo

EL AUDITORIO de San Lorenzo de El Escorial, obra de un equipo de arquitectos encabezado por Juan Blasco Martínez, Andrés Pérez Tirado y Rubén Picado Fernández, ocupa algo más de 25.000 metros cuadrados y su coste asciende a 65 millones de euros. Consta de dos salas, la principal con capacidad para 1.200 localidades y la de cámara para 300, no demasiado atractivas en su diseño. En ambas, la visibilidad para el público es total al carecer de plazas laterales. El asesor escénico ha sido José Luis Tamayo, un técnico de toda garantía cuyo trabajo garantiza la máxima calidad. Basta un vistazo a las instalaciones de sus respectivos escenarios para comprobarlo. La asesoría acústica ha corrido a cargo de Vicente Mestre Sancho. Construido en la muy serrana piedra de granito, ocho de sus diez plantas están soterradas, por lo que el edificio, de líneas rectas y diáfanas y cuyo hall de entrada ofrece una vista espectacular, presume de integrarse adecuadamente en el paisaje cercano al monasterio, aunque aquí, naturalmente, las opiniones divergen. Como emblema de la obra, sus gestores presumen de haber respetado un pinsapo -abeto característico de la zona- en torno al cual se generó todo el diseño.

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