Lista de espera para jugar al fútbol sala Los pabellones no acogen a todos los equipos
Jugar al fútbol sala en un polideportivo municipal todos los jueves a las nueve de la noche en Madrid es un privilegio para unos pocos afortunados. Es el espacio horario más solicitado por los cientos de equipos que durante los meses de mayo y junio han entregado su petición en alguno de los 32 pabellones polideportivos municipales para jugar la temporada que viene. El requisito fundamental para evitar esta lista de espera es la antigüedad. Esa exigencia supone que muchos deportistas no tengan acceso a una pista cubierta a la hora que desean.
"Somos conscientes de la enorme demanda, por ello hemos proyectado 11 nuevos pabellones", dicen fuentes municipales que lamentan la concentración de peticiones en los mismos horarios. "Intentamos ofrecer soluciones, pero no podemos evitar que los usuarios soliciten siempre las mismas horas", dice el Ayuntamiento.
"Las nueve de la noche del miércoles es la hora perfecta, porque no hay Liga de Campeones y la gente ha salido ya de trabajar", comenta Tiago, un joven portugués que lleva dos años reservando la pista del Puente de Vallecas para jugar con sus amigos. Pagan 132 euros al mes, 33 por hora.
La alternativa son las pistas descubiertas o en las horas inusuales. Para lo primero, el problema es climatológico, el frío invierno de Madrid impide practicar este deporte con normalidad. Para jugar en horas atípicas, los aficionados madrileños encuentran dificultades para compaginar el deporte con su trabajo.
Nicolás Olivares juega al fútbol sala con sus amigos a las seis de la tarde de los lunes en el pabellón de La Elipa. Ayer se disponían a hacerlo una vez más cuando una empleada de la instalación se lo impidió. A esa hora, el pabellón estaba reservado por una actividad deportiva para mayores. Su reserva acababa ayer. El insoportable calor del pabellón mal ventilado indicaba que la temporada se termina; les espera la lista de espera.
