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PABLO DOMINGO, 25 años: "Siempre estoy conectado"

"Gracias al messenger hablo más con mis primas de Río de Janeiro (Brasil) que con las que viven a dos manzanas de mi casa", cuenta Pablo Domingo, estudiante y empresario de 25 años, para explicar cómo tiene "mucho más contacto" con la gente que utiliza la mensajería instantánea.

Pablo podría dar perfectamente el perfil de adicto a las nuevas tecnologías: "Menos cuando duermo, siempre estoy conectado", explica. Según él, el messenger puede llegar a ser un verdadero cometiempos. "Aunque bien utilizado es una herramienta perfecta, porque a diferencia del teléfono, no exige dedicación exclusiva. Puedes hablar desde casa, en calzoncillos, por ejemplo, sin necesidad de romper esa barrera de la apariencia", dice.

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