Una mesa diferente de la de Ajuria Enea y Lizarra
Euskadi tiene tradición de foros o mesas de partidos, desde el inicio de la Transición. Dos de ellas han tenido especial relevancia en la reciente historia vasca: el Pacto de Ajuria Enea, de enero de 1988, y el Pacto de Lizarra, de septiembre de 1998, muy distintos entre sí. El foro de partidos, que previsiblemente se constituirá en los próximos meses, será, a su vez, diferente a ambos.
No obstante, el nuevo foro tendrá una deuda con el Pacto de Ajuria Enea, al ser la fuente originaria del que emanará, ya que Ajuria Enea fue el foro vasco que separó, por vez primera, el diálogo del Gobierno con ETA de la mesa de partidos. La diferencia radica en el cambio de los tiempos. Ajuria Enea dejó fuera a Batasuna con la pretensión de presionarle para que, una vez que ETA abandonara la violencia, se integrara en la vía política. Hoy, 18 años más tarde, con el alto el fuego de ETA del 22 de marzo, el foro de partidos tratará de integrar a Batasuna, una vez legalizada.
El futuro foro de partidos no tendrá similitudes con el Pacto de Lizarra. Este fue un acuerdo exclusivo entre los partidos nacionalistas vascos que propició el alto el fuego de ETA de 1998, y que fracasó tras la ruptura de tregua de la banda en 1999. Sin embargo, el foro de partidos sólo será posible si es plural, si se hace eco de las corrientes nacionalistas y no nacionalistas tanto en su conformación como en sus decisiones.
En cuanto a la proliferación de mesas de partidos en Euskadi, al margen del Parlamento, la explicación no radica sólo, como es el caso, en que es la única manera de recuperar a la izquierda abertzale, que perdió la presencia parlamentaria con su ilegalización. Tampoco los líderes nacionalistas han tenido ni tienen presencia parlamentaria. Es el caso, hoy, de Josu Jon Imaz, presidente del PNV, y Begoña Errazti, de EA.
