Quince palestinos mueren en ataques en Gaza y Cisjordania
La capacidad de Israel para atacar en todos los frentes está fuera de toda duda. Y en los territorios ocupados palestinos, con la atención centrada sobre todo en la frontera norte, el Ejército golpeó ayer, frente a un enemigo mucho más débil que Hezbolá, con la misma dureza que lleva aplicando desde que el 25 de junio un comando de Hamás capturara a un soldado judío en una base militar.
Ocho personas, cinco milicianos islamistas y tres civiles, fallecieron en el campo de refugiados de Mugazi, en el centro de Gaza, bajo los misiles de la aviación y el fuego de los tanques, que invadieron de nuevo la franja mediterránea y dispararon contra al menos dos viviendas. Los milicianos lanzaron algunos cohetes sobre suelo israelí sin que llegasen a causar daños.
Las víctimas mortales palestinas rondan las 150 y los heridos son más de mil -sólo ayer 52 personas ingresaron en los maltrechos hospitales- en tres semanas de un asedio que viola flagrantemente la legislación humanitaria internacional.
En la ciudad cisjordana de Nablus, los uniformados israelíes rodearon un cuartel, mataron a tres personas y docenas de palestinos, entre ellos muchos policías, se rindieron. Aseguran los militares israelíes que activistas de Al Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, se escondían en esa instalación.
El cuartel fue posteriormente derruido por las excavadoras. En las últimas semanas cientos de palestinos han sido encarcelados, entre ellos casi todos los diputados y el ministro de Hamás en Cisjordania.
