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Chalés adosados llenos de grietas, escaleras huecas y humedades

Además de por sus buenas relaciones y negocios urbanísticos, el Grupo San Román es conocido en Las Rozas por numerosas denuncias y quejas presentadas por los compradores de sus viviendas. Grietas en casas y piscinas, inundaciones y humedades, entre otros, son los problemas que han llevado a las empresas de San Román a los tribunales.

Los 80 propietarios de los chalés adosados de la urbanización Avenida de Atenas II, por ejemplo, esperan desde hace ocho años que se resuelva una denuncia. "Intentas vivir con una calidad de vida mejor, que es lo que te venden cuando te vienes a Las Rozas, y te encuentras con esto. Hay grietas, las escaleras están huecas y se hunden, las arquetas están mal hechas y hemos pasado inundaciones y humedades, la piscina se rajó el primer año...", relata indignado un residente, que prefiere no dar su identidad, en la calle de Gerardo Diego.

La historia se repite en cada uno de los chalés de esta promoción. Y todos tienen ejemplos que mostrar, como parqués bombeados o tuberías que se atascan. "Si hubieran intentado hacer mal los chalés aposta, no les hubieran salido peor", se queja otra de las propietarias de un inmueble situado en la calle de Micenas. "Aquí no nos terminaron la piscina, la tuvimos que pagar nosotros. Yo sigo con humedades. El único consuelo es que la casa no nos costó cara. Pagué 156.000 euros hace ocho años", comenta. Lo peor es en otoño: caiga mucha o poca agua, siempre cala a las viviendas.

A pesar del enfado de los vecinos, los jueces de momento no han visto delito y el caso se ha quedado enredado en la burocracia de los juzgados. "Es que vinieron los técnicos a hacer un peritaje y en vez de mirar las 80 viviendas cogieron una muestra mínima", se queja una mujer.

Los residentes tienen la esperanza puesta en un antecedente que sí que favoreció a los vecinos afectados. La Audiencia Provincial condenó en el año 2001 a Promociones Afinsa, de San Román, a reparar 96 chalés que estaban en peligro de desplome en la urbanización Montelomas IV, en Las Rozas. La urbanización fue construida en 1989 con un mortero de mala calidad que no fraguó y que provocó grandes grietas en muros y cubiertas.

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