El adelanto de dinero, primer paso del proceso
Las organizaciones que forman la Coordinadora Estatal de Comercio Justo -algunas privadas, otras ONG-, establecen contacto directo con los productores de países de América Latina, África y Asia. Lo hacen a través de organismos como la Fundación Internacional por el desarrollo de la Agricultura (IFAD, en sus siglas inglesas) o la Asociación Europea de Comercio Justo (EFTA). Una de las principales ventajas que les ofrecen es que adelantan parte del dinero -normalmente, la mitad-, de lo que costará el pedido. "Así pueden comprar los materiales, las herramientas para comenzar el trabajo", explica Carlos Céspedes, de la importadora Ideas.
Se establecen entonces las reglas del juego, normalmente con cooperativas: salarios dignos, respeto a los derechos de los trabajadores (horarios justos, seguridad en el trabajo), incorporación de las mujeres, erradicación del trabajo infantil, y respeto al medio ambiente. Las organizaciones comprueban periódicamente que las reglas se cumplen. Los artículos llegan después directamente a España, normalmente sin intermediarios, y se distribuyen a las tiendas. Los importadores están pendientes de los diseños, tanto en los muebles como en la ropa, que todavía se venden sólo en tiendas especializadas, y marcan las directrices para que se ajusten a los gustos del consumidor.
Las organizaciones llevan a cabo distintas campañas de sensibilización y denuncia. Las dos últimas aprovecharon la celebración en junio del Mundial de Fútbol en Alemania. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo se quejó de que miles de niños trabajadores siguen fabricando balones de fútbol en condiciones penosas en la
zona paquistaní de Sialkot y el Estado indio de Punjab. Además, Intermón Oxfam aseguró que "la mayor parte de los trabajadores asiáticos que fabrican prendas deportivas no pueden reclamar aumentos salariales ni mejoras laborales colectivas".
