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Reportaje:Los embalses tocan fondo

Una ciudad de palmeras naturales y césped artificial

Elche limita el riego de jardines y el baldeo de calles, cierra fuentes y ordena ahorrar agua

El Gobierno de la Generalitat valenciana, del PP, evita aprobar decretos y medidas generales de concienciación ciudadana y ahorro del agua en los municipios. "Cada ayuntamiento tiene una normativa propia de buen uso de agua y cada uno lo hace lo mejor que puede", argumenta el consejero de Infraestructuras, José Ramón García Antón, quien añade que no quiere generar "alarma" social por la falta de agua en unas comarcas donde el turismo es vital. Sin embargo, la pasividad del Consell contrasta con la voluntad de algunos municipios.

Uno de los casos singulares es el del Ayuntamiento de Elche, que emprendió hace ya varios años una línea estratégica basada en el ahorro de agua potable. En esta ciudad de 225.000 habitantes, la tercera más poblada del territorio valenciano, están prohibidos los baldeos de calles y el riego de jardines, a excepción de los históricos como el Parque Municipal, que se riegan de forma mínima y con agua no potable, a la espera de poder utilizar caudales del trasvase Júcar-Vinalopó. Otro dato que llama la atención es que desde hace tres años el césped dejó de utilizarse para la jardinería pública debido a la cantidad de agua que requiere para su riego. Ahora se está utilizando hierba artificial para algunos espacios con muy buenos resultados estéticos. Se denomina xerojardinería porque utiliza como base el césped artificial y se combina con elementos vegetales propios de zonas áridas, como palmeras, cactus, yucas y pitas.

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Pero, además, se aplican toda una serie de medidas aisladas, como son la reducción de los baldeos higiénicos de las calles o la plantación de especies vegetales con poco requerimiento de riego. Paralelamente, hace cuatro años se inició la modernización de la red de agua potable. "Es un trabajo que no se ve más que por las molestias que ocasionan las obras", reconoce la concejal de Aguas, María Teresa Sempere, "pero ha permitido eliminar fugas y mejorar las canalizaciones con un considerable ahorro". Con estas acciones, la ciudad, según comenta el alcalde, el socialista Diego Maciá, "ha reducido el consumo de agua en pocos años en un 17%", mientras que la población ha crecido en más de 20.000 habitantes.

Desde el mes de abril existe una ordenanza municipal que recopila todas las medidas de ahorro hídrico que ya se venían adoptando e incorpora algunas más. "Debemos aprovechar que existen hoy en día fórmulas y mecanismos que con poca inversión consiguen ahorro de agua y hemos de aplicarlos", asegura la concejal Sempere.

Así, la ordenanza incluye directrices para los constructores, para las empresas e industrias, para los particulares y para la propia Administración local. Esas medidas pasan por obligar a los constructores, cuando van a solicitar la licencia de obras, a que incluyan en todas las instalaciones duchas, inodoros o grifos que limiten el consumo. En cuanto a la actividad industrial, la refrigeración, según la nueva normativa, debe hacerse por circuito cerrado y en los centros públicos, como gimnasios o restaurantes, los grifos deben contar con dosificadores automáticos. Los lavaderos de coches deberán reutilizar el agua, las piscinas no se pueden vaciar y han de tener dispositivos para la recirculación del agua como los instalados en las fuentes municipales, que en periodo de restricciones incluso dejan de funcionar.

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Afortunadamente, las palmeras, el principal elemento vegetal del paisaje de la ciudad, requieren muy poca agua y toleran que sea de alta salinidad. La concejal del área asegura: "Si todos ponemos un poco de nuestra parte podemos conseguir un gran ahorro de agua". En septiembre se iniciará una campaña de divulgación de la ordenanza municipal, sobre todo entre los niños a través de los colegios, ya que María Teresa Sempere cree que "es muy fácil llegar a los niños e inculcarles hábitos de desarrollo sostenible". "Estas medidas", concluye, "son tan necesarias cuando hay sequía como cuando no la hay, ya que vivimos en una zona con escasas lluvias y pocos recursos hídricos y es necesario saber utilizarlos".

Césped artificial en una rotonda de Elche.
Césped artificial en una rotonda de Elche.J. DE HARO

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